15.2.13

Me gusta hablar con los que se asoman a las ventanas


Me gusta encontrarme con los que se asoman a las ventanas, dialogar, mirarnos a los ojos,  sospechar qué piensan, adivinar sus problemas y entresacarles sus soluciones. Miro hacia las ventanas buscando los que se asoman pues siempre hay sorpresas.
Iban de blanco aunque el polvo las delataba. Llevaban ya mucho tiempo asomadas y sin respuesta clara. El gran error era haber puesto la verja de alambre, que les impedía volar o lo que es más fácil, que las “volaran”.