31.7.13

La flor que escapaba hacia arriba en busca de más frescor

La belleza estaba en la flor, sin duda, pero el encanto residía en el trazo que sobre el cielo describía la ramita verde que poco a poco buscaba más tronco seco donde asirse, sobre el que sujetarse para seguir creciendo.

Esta flor solo permanece abierta en las mañanas, cuando los frescos de la madrugada toda´via dejan respirar. En cuanto los calores aprietan, ella se cierra para conservar la frescura dentro. Vamos, como nosotros.

La belleza encerrada del Museo del Prado

El Museo del Prado presenta desde mayo a noviembre de 2013 la exposición "La belleza encerrada" o como la subtitula El País; "El Prado que vive en el Prado" 

Son 281 obras de pequeño formato, a veces no tan consideradas como las obras grandes, sin valorar que el tamaño, dentro del Arte, es simplemente un condicionante más. Solo eso.

Una excelente manera de conocer obras no tan conocidas de autores muy conocidos.

28.7.13

Nos falta cordura para evitar accidentes irresponsables


Esta semana el accidente de Santiago de Compostela nos ha llenado gran parte de nuestra capacidad para soportar los dolores ajenos. Ha sido muy duro contemplar casi en directo y con todos los detalles posibles los dramas de muchas personas por una imprudencia de una sola persona. Somos capaces de cometer errores de gran calado sin que seamos responsables de evitar las irresponsabilidades humanas.

Nos falta cordura en asumir responsabilidad básica. Si somos capaces de llevar a 200 km por hora a 300 personas, deberíamos tener sistemas para no depender solo de una persona.

Gaudí nos ayuda a beber agua y belleza

En días de mucho calor vamos buscando fuentes como agua de mayo. Este perfil es de una fuente del genial Gaudí, llena de color y de curvas. El agua sigue saliendo para ayudar al visitante.

El urbanismo debe ser útil a la vez que hermoso, pues el viandante debe beber ambas cosas, agua y belleza ciudadana.

22.7.13

Una ventana que solo servía para mirar, no para ser visto

Podría ser un edificio del pueblo de Luna, en las Cinco Villas del Aragón más agrícola, pero no estoy seguro de que la ventana con flores, la que se veía en lo alto del edificio con grandes piedras románicas, fuera de este pueblo aragonés o de algún otro señorial edificio de la zona. 

Iba con buenos amigos, íbamos a ver la Virgen de Monlora, era un día de invierno primaveral con ganas de andar por ese Aragón bastante desconocido. La ventana solo servía para mirar, pero no para ser visto. Estaba muy alta.

Una ventana que solo servía para mirar, no para ser visto


Podría ser un edificio del pueblo de Luna, en las Cinco Villas del Aragón más agrícola, pero no estoy seguro de que la ventana con flores, la que se veía en lo alto del edificio con grandes piedras románicas, fuera de este pueblo aragonés o de algún otro señorial edificio de la zona. Iba con buenos amigos, íbamos a ver la Virgen de Monlora, era un día de invierno primaveral con ganas de andar por ese Aragón bastante desconocido. La ventana solo servía para mirar, pero no para ser visto. Estaba muy alta.

Ante las tormentas, los pájaros huyen a su escondite


Nada como mirar a los cielos cuando hay dudas de lo que se mueve entre nosotros. 

Ayer tarde, por el cielo gris de la tormenta en preparación, mis pájaros volaban altos y desordenados moviéndose de este a oeste.

Los pájaros no tiene dueños, son libres, por eso también son míos y tuyos. Pero no de todos pues muchos los obvian y ni saben que vuelan.

Minutos antes de comenzar la lluvia con rayos y truenos, aquellas decenas de pájaros habían desaparecido, anunciando a todos que algo diferente iba a suceder.

No sé donde se metieron, pero nos adelantaron por unos minutos que era ocasión de buscar un refugio como ellos.

Ante las tormentas, los pájaros huyen a su escondite


Nada como mirar a los cielos oscuros cuando hay dudas. Ayer tarde, por el cielo gris de la tormenta en preparación, mis pájaros volaban altos y desordenados moviéndose de este a oeste.

Los pájaros no tiene dueños, son libres, por eso también son míos y tuyos. 

Pero no de todos pues muchos los obvian sin mirarlos y ni saben que vuelan.

Minutos antes de comenzar la lluvia con rayos y truenos, aquellas decenas de pájaros habían desaparecido, anunciando a todos que algo diferente iba a suceder.

No sé donde se metieron, pero nos adelantaron por unos minutos que era ocasión de buscar un refugio como ellos.

20.7.13

Las flores suaves nunca son cadáveres en agua


Seguiremos pensando que las flores suaves nos logran hacer cambiar de opinión; al menos así tenemos otra oportunidad para seguir contentos cuando los datos y las realidades nos atenazan.

Las flores suaves son las débiles, las que no permiten ser cogidas con la manos in morirse a los pocos minuto. Las que no se pueden poner en un jarrón.

Las flores suaves necesitan estar siempre vivas y pegadas a su tallo. No permiten ser esclavas de la decoración cadavérica de los ramos cortados.

19.7.13

En verano nos escondemos entre las sombras


Las calores apuran el día y a la caída del sol de verano siguen convirtiendo en pegajoso el asfalto de las grandes ciudades. 

Los pocos viandantes buscan las sombras y se apartan de los centros, escapan de la luz, huyen del calor excesivo. 

Todos los veranos son iguales, hermosos en la vacaciones y duros en los trabajos. Pero ya estamos acostumbrados. 

Excepto en Gran Bretaña en donde tener 32 grados parece mortal en las noticias inventadas de los veranos sin noticias.


En verano nos escondemos entre las sombras


Las calores apuran el día y a la caída del sol siguen convirtiendo en pegajoso el asfalto de las grandes ciudades. Los viandantes buscan las sombras y se apartan de los centros, escapan de la luz, huyen del calor excesivo. Todos los veranos son iguales, hermosos en la vacaciones y duros en los trabajos. Pero ya estamos acostumbrados. Excepto en Gran Bretaña en donde tener 32 grados parece mortal en las noticias inventadas de los veranos sin noticias.

18.7.13

El horror o la sonrisa de la guerra según los contendientes


Esta imagen es del año 2006. La militar americana de grado Mayor, Megan McClung, sonríe mientras un niño hijo de un  líder suní de la zona le apunta con una pistola de juguete y dispara como se ve en el gesto de su cara.

La Mayor Megan McClung era jefa de prensa de los militares americanos. Es pues conocedora de lo que supone la comunicación. Pero junto a ella fotografiando había otro fotógrafo que la fotografió a ella. El excelente fotorreportero bilbaíno Álvaro Ybarra Zavala. Él sabe captar el segundo de dolor, de horror de las guerras, de esa realidad que a veces se nos escapa a todos.

La soldado sonríe, el niño dispara y los líderes iraquíes miran con cara de asco y dolor. A los pocos minutos de ser tomada esta imagen, en una emboscada contra los vehículos de los occidentales donde también iba el fotógrafo español, unas bombas en la carretera matan a la militar americana. Fue su última foto, su última imagen.