24.8.13

La dura historia de una placa de tráfico en Zaragoza


Primero a la placa la condenaron a ponerse en un callejón sin salida. 

Luego le pusieron carteles y pegatinas para terminar pintada de blanco y rojo en dos ocasiones. 

Al final, cansada de no servir para casi nada, ella misma se bajó de su trabajo, se despidió por todo lo bajo, de noche y sin que nadie se diera cuenta, y se fue a descansar sobre la pared que encerraba un jardín. 

Simplemente es que no pudo entrar. 

Esta es la triste historia de esta placa de tráfico, algo cándida que ya está en la basura, escondida entre más utensilios que le dan calor y la tapan.