16.2.14

La rebeldía de una banqueta muy presumida

Aquella fría noche el vacío de la calle me acompañaba. Nadie se escuchaba por la zona, era el silencio de la ausencia de personas. 

Ni el aire osaba molestar. 

Fuera del bar una banqueta permanecía esperando mejor hora para que la ocuparan los fumadores. 

Nadie se fijó en mi paseo. 

Ni el taburete se inmutó. Durante unos segundos me quedé mirando el interior de “La Parcela” sin que nadie se asomara a la barra. 

También parecía vacío el local. 

Sentí la sensación de que si me llevaba la banqueta nadie se fijaría, pero estoy seguro que ella misma se hubiera declarado en rebeldía.