25.8.18

El mantel de Noa en la iglesia de Jesús de Fiscal

El complejo arco de Jánovas-batán de Lacort-puente del Ara-iglesia de Jesús y molino-biblioteca de Fiscal es uno de los polos patrimoniales más interesantes y singulares del Pirineo. Concentra historia, concentra dolor, concentra el sonido de un río poderoso y único en Europa, irrepetible, no amansado, que discurre por el fondo de un glaciar alpino perfecto hasta el congosto de Jánovas.

En un barrio-hospital, un poco alejado del núcleo urbano primigenio, se concentran edificios y equipamientos como en pocos lugares incluso de Aragón, como en ninguno de su población. Instalaciones que, como bien remarca su alcalde, son envidiadas y con razón en otros pueblos de la montaña pues serían propias de Echo o Benás. Además de las que están allí por el dolor referido que matiza su interés artístico, por haber sido trasladadas forzosamente de los núcleos expropiados.

Pero no son equipamientos que simplemente recibieron una subvención para rehabilitarse, justificaron un contrato y han quedado muertos. Son un conjunto de edificios que generan una fascinante obligación para el municipio que cumple seguro que con sacrificio: abriendo biblioteca pública de modo constante y coadyuvando a la organización cada agosto de las Jornadas Culturales de Fiscal, impulsadas por la Asociación Cultural Amigos del Batán y su alma pensante, don Trinitario Bartolomé.

Como cada año tengo la oportunidad y devoción de asistir a algún acto, y llevo dos sembrau porque el año anterior asistí a un magnífico concierto de jazz de un grupo de Sabiñánigo con mucha querencia-Metheny, lo que pega mucho oír en el coche por el Pirineo. Los asombrosos Jazz for Fun.

Si ya fue emocionante oírlos en la resonante iglesia de Jesús, de la que ponemos imagen, este año ha sido para mí un placer y una sorpresa muy positiva comprobar cómo la gente mayor que fue al concierto, especialmente, disfrutó del grupo zaragozano “El Mantel de Noa”.
Hubo un silencio en las interpretaciones y unos aplausos entusiastas que provenían sobre todo de esta gente que ha sostenido cada pueblo, que trabajan por 10, que se ponen guapos para ir de concierto, que probablemente no tengan mucha idea de lo que van a oír pero saben que seguro que es fino, que cantaron y cantan en misa y rondaron y fueron rondadas. Que todavía planchan toda la ropa, hasta los pañuelos. Este tipo de vecinos que todavía por suerte viven y plantan fuerte quedó, y me quedo corto, embelesado ante la belleza de las ejecuciones de Pili Gonzalvo y Miguel Ángel Fraile. Sin haber salido mucho de Sobrarbe o solo para sacar adelante a los nietos, entendieron más que perfectamente la hondura del concierto.

Puesto que el recital y presentaciones fueron un recorrido por las músicas del mundo de una magnitud inenarrable. Un repertorio con canciones de Sefarad, de Armenia, de Irlanda y Escocia, de otros lares… y también dos canciones tradicionales aragonesas, perfectamente ejecutado a varios vientos y arpa, lo que ya es de por sí una experiencia mayúscula.

Lo que me queda más allá de la impecable y magistral ejecución es cómo tocaron el corazón de quienes estábamos, cómo esa gente mayor descrita asistió emocionada a las explicaciones acerca de la historia de las canciones, de la flauta duduk armenia Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tan poética en sonido y cómo un aragonés puede acometer ejecutarla con ese vuelo nostálgico… (Miguel Ángel, somos en más de la tercera parte de nuestra sangre semitas)…

Cómo la canción más aplaudida por entendida y sentida es una alegre tonada de entierro asturiana que volvió del revés a toda esta gente maravillosa que todavía queda en el verdadero Aragón, sarmentada por la vida y las privaciones, que nos han sacado adelante combinando esa alegría y ese dolor que nunca han querido para nosotros. Que nos han abolido y hay que entenderlo, pero ha sido el germen de tanta mentira. A cambio de no fregar de rodillas obligada por tu madre.

Los conciertos del Mantel de Noa, la iglesia de Jesús de Fiscal y Trinitario Bartolomé son, sin embargo, una verdad que ciega de pureza incluso para los que sí saben sentir y no solo ocupan su tiempo de terapia en terapia ocupacional. De los que nos embuten las morcillas con piñones manchándose de sangre. Es conmovedor ver un concierto de factura cosmopolita y moderno que les emocione tanto. Lo conseguisteis.

24/08 Luis Iribarren