No veo bien con el ojo derecho.
Todavía. Aun. Ya sé que nunca lo volverá a utilizar bien. Pero no se nota.
Pero veo bien con el izquierdo.
Tengo la suerte de ver bien con un ojo.
La enorme suerte de estar vivo y poder escribirlo.
En el año 2010 sufrí un tremendo accidente que me dejó ligeramente "tocado", un golpe en la cabeza que me produjo mareos y alegrías cuando me la toco y veo que los agujeros son pequeños.
Pocas veces se tiene la sensación de volver a empezar.
Aquella fue una de ellas.
Me preguntaba entonces si sería capaz de aprender de aquello.
Si sabría valorar lo que en realidad representa este regalo extra de tiempo libre.
Con los años algunas veces sí recuerdo aquellas promesas que me hice, y creo que las he cumplido.
Con los años algunas veces sí recuerdo aquellas promesas que me hice, y creo que las he cumplido.
No todas. pero sí varias. Nadie es perfecto.
Por cierto, me salvó, nos salvó a mi esposa y a mi, el cinturón de seguridad.