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14.9.25

Pepito Costa, obra de Goya


Esta obra de Francisco de Goya nos muestra a un niño disfrazado de militar y sus juguetes, incluido aparentemente un fusil de salto, y que se llamaba Pepito Costa y Bonells (José de adulto, murió 60 años después de haber posado para esta obra), en donde vemos claramente la forma de trabajar de Goya. 

Pintaba una base sobre el lienzo de color rojo terroso y sobre ella iba pintando el resto de tonos, dejando la base a veces sin pintar para matizar los colores.

Lo podemos ver en el fondo gris, pero también en los márgenes del blanco espléndido del traje, super luminoso por esos contrastes con un blanco que se más o menos opaco para dejar traslucir el rojo tierra del fondo, consiguiendo unas transparencias fabulosas.

Este cuadro se encuentra en el Museo MET de New York.

El niño viste de militar a juego con el tambor, el caballo y el rifle y lo hizo en el año 1810 reflejando tal vez que incluso los niños tenían que ayudar en la defensa de la Guerra de la Independencia. Era un niño hijo del médico Rafael Costa de Quintana profesional personal al servicio del Rey Fernando VII. La obra tiene casi un metro de altura.

Retrato de dama de Roland de Mois


De este retrato de mujer que se encuentra en el MET de New York no sé mucho, pero me pareció su traje tan repujado que no pude por menos que traerlo aquí. El detalle del perro en sus brazos y de sus joyas también merecen un momento de atención.

Es una obra del retratista Roland de Mois, nacido en Bruselas pero pintor que desarrollo casi todo su trabajo en Zaragoza en donde murió. 

Pintor flamenco del siglo XVI que con 39 años fue llamado por el Duque de Villahermosa a su palacio de Pedrola para que trabajara a su servicio haciendo retratos familiares.

Se casó dos veces en Zaragoza en donde se asentó para crear obras en todos sus alrededores, siendo una de sus obras más conocidas el retablo  que hizo para el Monasterio de la Oliva en Carcastillo (Navarra), haciendo también el de Monasterio de Santa María la Real de Fitero.

En Zaragoza son muy reconocidas sus obras de un Nacimiento en La Seo, el retablo del Rosario en El Pilar y otro retablo para el Monasterio de las Comendadores del Santo Sepulcro en la plaza de San Nicolás.


13.9.25

Virgen del Pilar de México por Nicolás Enríquez


Esta pintura del artista mexicano Nicolás Enríquez y realizada en el año 1773, representa la aparición de la Virgen María a Santiago y sus seguidores a orillas del río Ebro, fuera de las murallas de la ciudad de Zaragoza, España.

Según la tradición, la Virgen, que apareció sobre una columna de piedra, fue transportada desde Jerusalén por ángeles para animar al santo en su evangelización de la provincia romana de Hispania, pues estaba desesperado por sus pobres resultados.

El santo está acompañado por siete discípulos, entre ellos un hombre cuyos rasgos pueden ser los del dueño de la pintura, el que la encargó, Juan Bautista Echeverría.

Reconocida como patrona de Aragón en 1678, la Virgen de El Pilar fue venerada en todo el mundo español.

En la Ciudad de México, la devoción está asociada con la iglesia del convento conocida como Enseñanza, donde se veneraba una réplica de marfil de la Virgen de Zaragoza.

Este cuadro de 42 centímetros de anchura, está hecha sobre un lienzo de cobre, pintado al óleo.

12.9.25

Maestro de Belmonte y un Demonio del siglo XV


Este San Miguel Arcángel del Maestro de Belmonte de Aragón se encuentra en The Metropolitan Museum of Art de New York. De finales del siglo XV es una obra religiosa en donde se combinan la imagen del demonio con el enviado de Dios, para formar un marcado contraste visual entre la fuerza y el esplendor de la Iglesia y la monstruosidad del mal derrotado.

Las seis o siete caras del Demonio es maravillosamente la clara muestra de que se nos intenta asustar con todo lo que no sea terminar viviendo en el cielo, que no sabemos si existe, pero als perspectivas contrarias nos las presentan como malísimas.

El Maestro de Belmonte se cree que era la misma persona que Martín de Soria, un artista documentado en la época, con un estilo de pintura gótico tardío.



11.9.25

Aureliano de Beruete y su pintura de paisaje


Esta imagen es del pintor Aureliano de Beruete, mostrando la orillas del río Avia en Ribadavia en un cuadro al óleo de casi dos metros de anchura a finales del siglo XIX. 

El madrileño Aureliano de Beruete además de pintor, fue político y abogado, y un artista que solía crear sus obras al natural, pintando directamente al aire libre, paisajes muy luminosos, tanto urbanos como de zonas naturales de los alrededores de Castilla, Madrid o el norte de España.

Esta obra se pudo contemplar en la exposición del Palacio de Sástago de Zaragoza "La pintura española de los siglos XIX y XX en la Colección Gerstenmaier"

9.9.25

Francí Gomar y un retablo aragonés del siglo XV


Esta estructura en alabastro rosa, que se extiende a través de cinco partes en horizontal y en dos niveles en vertical, fue encargada por don Dalmau de Mur y Cervelló, arzobispo de Zaragoza de 1434 a 1458, para un altar en la capilla del palacio arzobispal. 

El nivel superior (destinado como base para soportar el retablo o retablo) contiene cinco escenas: San Martín o Tours dividiendo su capa con un mendigo, y Cristo apareciendo a él en un sueño (paneles izquierdos); el descenso del Espíritu Santo (panel central); y Santa Tecla escuchando la predicación de Pablo (panel del lado más a la derecha), y después de su conversión, siendo salvado por la intervención divina del fuego ardiente (segundo panel desde la derecha). 

Este retablo es el que veremos más abajo.

Cada uno de los dos paneles exteriores en la parte inferior izquierda (o pedestal) muestra una figura barbuda que lleva el escudo de armas del arzobispo. El escudo central del altar reconstruido, adornado contra una cruz, representa el Arma Christi (los instrumentos asociados con la Crucifixión).


La estructura está hecha de alabastro, una piedra suave pero compacta con un brillo translúcido. La facilidad para trabajar este material permitió al escultor, Francí Gomar, crear muchos detalles exquisitos. 

Solo quedan unos pocos rastros de la pintura original y el dorado, que cubría todo e conjunto. Según un contrato de 1458, el pintor Tomás Giner (activo en 1458-80) recibió el encargo de pintar y dorar paneles destinados a colocarse por encima de la predella. 

La inusual combinación de retablos pintados con una base de alabastro puede haber sido una medida necesaria para acelerar la finalización del conjunto antes de la muerte del arzobispo. Todo el conjunto se hizo en Zaragoza y mide algo más de 4,5 metros de anchura.



8.9.25

Athanor de Anselm Kiefer en el Louvre


No es fácil admitir que el museo más visitado del mundo, el Louvre, incorpore a artistas vivos con obra permanente en su museo, aunque de momento solo cinco han sido invitados a intervenir en la arquitectura museística del templo del arte antiguo.

El museo del Louvre ha creado lo que llama los “decorados perennes”, a los que ha invitado a cinco artistas para que crearan obras que van a permanecer en los lugares por ellos elegidos.

Son obras contemporáneas, más lógicas en un Museo como el Tate, pero que sirven para abrir la idea de que los Museos, todos, deben reconfigurar sus formas de pensar y de actuar.

La obra que vemos arriba no es nueva, se le invitó al artista alemán Anselm Kiefer para que instalara una ora que tituló "Athanor" montada en una escalera del Museo Louvre.

La obra representa un hombre desnudo (el autorretrato del artista) acostado en el suelo y colocado sobre la parte inferior del lienzo, y por encima de él se despliega una bóveda llena de materiales ásperos. Detrás de sus constelaciones, el cielo es aún más negro que la tierra mezclada con ocre y gris. 

El título de la obra toma el nombre que se da a los hornos de los alquimistas, en el que los hombres intentaron transformar el plomo en oro, al igual que los tres colores (negro, blanco y rojo) indicados por las inscripciones corresponden, a los tres colores de la alquimia: plomo, plata y oro.

Retablo con escenas de la Pasión del Maestro de Morata de Jiloca


Estas tablas, parte de un retablo atribuido al Maestro Morata parece ser de la segunda mitad del siglo XV, se encuentra en el MET de New York. Son seis tablas mayores y seis menores, todas ellas muy curiosas e interesante por el modo en que nos representan a los personajes, sus vestimentas, su ambiente.

Formando el lado izquierdo de un gran altar fijo hay escenas que representan los eventos que sucedieron antes de la crucifixión de Jesús.

De izquierda a derecha, son: la Agonía en el Jardín, la Traición, Cristo antes de Caifas, Cristo Coronado con Espinas, la Flagelación y Cristo antes de Pilato.

En los medallones de abajo están las cabezas de los apóstoles con pergaminos inscritos (en latín) con las frases iniciales del Credo de los Apóstoles, una declaración que resume la creencia cristiana.

Creo en Dios, el Padre todopoderoso, creador del cielo y la tierra. Y en Jesucristo, su único hijo, Nuestro Señor. Que fue concebido del Espíritu Santo, nacido de la Virgen María y del padre todopoderoso, de ahí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica y la comunión de] santos.

El lado derecho del altar habría continuado la historia de la Pasión, la que condujo a la Resurrección, con el resto de los apóstoles y del texto del Credo. Un tabernáculo para albergar el cáliz y el pan, utilizados en la Eucaristía, que podría haber separado las dos secciones del retablo, que tendría más de siete metros de anchura total.

El artista conocido como el Maestro de Morata de Jiloca es un pintor anónimo del siglo XV. Según investigaciones recientes (Fabián Mañas Ballestín), las obras atribuidas al Maestro de Morata podrían corresponder al taller de Pedro de Aranda, pintor activo en Calatayud entre 1464 y 1499, vinculado a otros retablos en la comarca y relacionado con artistas como Bartolomé de Verdeseca, Juan Cardiel y Juan de Bruecelle.

Aunque no existe consenso total, Pedro de Aranda es el candidato que cuenta con más argumentos documentales para ser este maestro, aunque la identidad no está completamente confirmada y sigue tratándose como una atribución probable.




7.9.25

El Jardín de las Delicias en pequeñas secciones


La obra de El Bosco (Jheronimus Bosch): "El Jardín de las Delicias" podría dar para varios libros, añadidos a los muchos que hay. Casi cuatro metros de cuadros pintados al óleo sobre tabla en un tríptico maravilloso que desde el año 1500 nos sorprende a todos.

Voy a poner algunos detalles de la obra, en esta y en sucesivas entradas, mostrando escenas, que hay muchas, y retocándolas para que no les estorbe dentro de lo posible partes de otras escenas cercanas.

Quiero simplemente mostrar como El Jardín de las Delicias no es en realidad un cuadro, sino decenas de ellos pintados todos a la vez, con más de un centenar de personajes humanos y otros tantos animales rarísimos en muchas ocasiones.

Un tremendo ejercicio al que podríamos señalar como el inicio del surrealismo varios siglos adelantado a su tiempo.



29.8.25

El Guernica de Picasso y sus bocetos


Pocas obras pictóricas hay en la historia del Arte de las que se conserven tantos apuntes, estudios y bocetos como del Guernica de Pablo Picasso. 

Esta obra que vemos arriba está titulada "Cabeza de mujer llorando con pañuelo III" y es uno de esos estudios hechos en 1937 hasta configurar todos los personajes, colores, tonos y encuadres que Picasso quiso analizar para su obra final. 

Como es lógico muchos de ellos se quedaron solo en eso, en estudios y bocetos, en dibujos que no llegaron a la obra final.

En total Picasso incluyó 9 personajes, seis son figuras humanas y tres son figuras animales o simbólicas.

Mujer con lámpara (en el centro superior, sosteniendo una bombilla/vela). Mujer con niño muerto (a la izquierda, grito desgarrador con el hijo en brazos). Guerrero caído (en la parte inferior, con espada rota y una flor). Mujer ardiendo (a la derecha, con los brazos levantados entre llamas). Mujer que huye (a la derecha, con gesto de huida y terror). Figura femenina inclinada (a la izquierda, que grita al cielo). 

Toro (a la izquierda, símbolo ambiguo de brutalidad o del pueblo español). Caballo herido (en el centro, atravesado por una lanza, representa al pueblo masacrado). Paloma (casi oculta, sobre el caballo, herida o en agonía).

Hay también una bombilla que podría simbolizar el sol, una flor, el puño del guerrero, las llamas, el tono en blanco y negro, el fondo claramente negro que acompaña al dolor y la tragedia, etc.

Desde Pontevedra, Salgueiro nos enseña el valor de la fotografía periodística



Todo el mundo del Arte es amplísimo y en las últimas décadas todos vamos tomando conciencia de que hay numerosas actividades profesionales que beben de la base del Arte, para añadirle un componente personal y profesional a sus actividades imprescindibles.

El Arte es en la fotografía el poder "Contar" y explicar casi sin palabras, las realidades vividas y muchas veces sufridas, informar de una manera que muchas veces una crónica de texto no puede hacer si no va acompañada de una ilustración. 

Es saber captar el instante, pero a su vez saber mostrar la sensación, el espíritu de esa realidad.

Esta fotografía es del profesional gallego Jose Luis Salgueiro, un fotógrafo ya periodista tras trabajar para TVE, Antena 3, La Sexta y ahora para la Agencia Efe desde su Galicia natal. 

Sigue amando la fotografía y su capacidad de ser el retrato de sus tiempos, de sus experiencias a través de su estudio en Pontevedra: Fotoskye Studio.

Esta imagen que vemos, del pueblo de San Vicente de Leira del ayuntamiento de Villamartín de Valdeorras en Ourense nos enseña con el sufrimiento de lo que se observa, el estado en que quedó el pueblo tras poder acudir una vez que los incendios forestales lo habían casi destruido del todo.

El detalle de la olla quemada enmarcada sobre los restos del hogar, con el fondo de un cielo que anuncia esperanza, luz, futuro incluso, ayuda a entender que tras la debacle puede venir la reconstrucción con esperanza de mejores futuros.

Ese trabajo del periodista fotógrafo, de la imagen, del añadido de un punto de vista en el encuadre que es sin duda artístico como lo era cuando Goya dibujaba los Desastres de la Guerra, es lo que da valor a un trabajo a veces muy duro.

Desde Zaragoza sabemos por boca de Gervasio Sánchez lo que es acudir a espacios y lugares en guerra, o de una destrucción inentendible, y del papel que los periodistas fotógrafos deben cumplir con profesionalidad, añadiendo algo más que apretar el botón de un disparador.

Ángeles Santos: una catalana creando Un mundo con 17 años


La pintora catalana Ángeles Santos Torroella alcanzó notoriedad muy joven gracias a su obra “Un mundo” (1929), un óleo sobre lienzo de casi tres metros por lado que pintó con apenas 17 años. La pieza sorprendió por su originalidad, su lenguaje moderno y su carácter visionario, especialmente en una artista prácticamente autodidacta, todavía sin contacto directo con los grandes centros artísticos europeos.

El impacto de Un mundo fue inmediato: un planeta surrealista, de atmósfera onírica y simbólica, que mostraba a la humanidad en escenas fantásticas y metafísicas. Su estilo, cercano al surrealismo, la Nueva Objetividad alemana y la pintura expresionista, revelaba influencias de Joan Miró, Paul Klee y de la vanguardia europea, a las que accedió a través de revistas y libros de arte.

Ángeles Santos era hermana del crítico y escritor Rafael Santos Torroella, lo que facilitó su contacto con los círculos intelectuales de Cataluña y Valladolid, donde estudió. Gracias a ello, pronto entró en relación con la Residencia de Estudiantes de Madrid y con la Generación del 27, que la acogió con entusiasmo. En esos mismos años expuso en París, integrándose en los ambientes surrealistas internacionales.

Su primera etapa está marcada por el surrealismo onírico y expresionista, como demuestran obras como Un mundo(1929) o Tertulia (1929). Ambas muestran una fuerte carga simbólica, la exploración del espacio fantástico y la deformación expresiva.

Tras la Guerra Civil española, su estilo evolucionó hacia un lenguaje más intimista y figurativo, con paisajes, retratos y naturalezas muertas de gran delicadeza.

A partir de los años setenta y ochenta su figura fue revalorizada gracias a retrospectivas en museos y galerías. El Museo Reina Sofía de Madrid adquirió Un mundo, donde hoy se conserva como una de las obras maestras del surrealismo español del siglo XX.

Ángeles Santos está considerada una de las primeras mujeres artistas españolas con proyección internacional, abriendo camino en un mundo dominado por hombres. Su obra visionaria Un mundo se compara con los grandes lienzos de la vanguardia europea y simboliza la fuerza creativa de una joven que, pese a las dificultades de género y de época, dejó una huella indeleble en la historia del arte contemporáneo.

Dama de Elche si estuviera con el color original


Esta imagen es la muy reconocida Dama de Elche, pero sacada de la reproducción muy fiel que existe en Valencia, realizada en el año 1908 por Ignacio Pinazo. El original está en el Museo Arqueológico de Madrid y que vemos debajo del texto.

Es la escultura de una dama íbera, del siglo V antes de nuestra era, que por su belleza y sus ornatos en la vestimenta, debemos entender que era una mujer muy importante en su época. 

Los adornos de cuentas en la cabeza, los pendientes, los grandes rodetes que podrían ser estuches para recoger el largo pelo, sus tres enormes collares al pecho del que posiblemente el más grande contuviera amuletos dentro de sus “bullas” nos indican que debía ser la dama más importante de la zona.

La escultura estuvo coloreada aunque según van pasando los años va quedando menos rastro de su decoración en color, del que apenas quedan ahora restos en los labios y poco más. 

Se han realizado estudios de los materiales y sabemos hoy de qué color eran las diversas partes de la escultura, que hemos recreado aquí para ver aproximadamente como sería la Dama de Elche a color en su tiempo, hace 2.500 años.

En la zona inferior vemos un detalle de la figura de la Dama de Elche que se conserva en Madrid en el Museo Arqueológico, y una posible interpretación con dos opciones, de la figura total de la escultura de la que somos conservamos la zona de la cabeza. En la actualidad no se sabe como era la totalidad del monumento.





25.8.25

Una instalación de Juan Navarro Baldeweg


Podríamos calificar una instalación artística de muchos modos, es sin duda una construcción en el espacio de diversos elementos artísticos que configuran una escultura sin serlo, un cuadro sin tampoco serlo. Algo en relieve pues juega con el espacio, y que se puede contemplar desde muy diferentes puntos de vista, lo que logra que sus elementos vayan conformando infinitas maneras de ser observado.

Esta es una instalación del artista cántabro Juan Navarro Baldeweg para el Museo Reina Sofía. Un paisaje de energías, de estructuras que intentan marcar magnetismos o gravedades alrededor de distintos objetos que influyen en el ser humano.

Sería como intentar reflejar una habitación nuestra, pero vista desde el interior de nuestras sensaciones, como una cueva en donde habitamos pero influidos por muchos elementos que no siempre somos capaces de ver ni de controlar.

Su trabajo en las artes plásticas tras ser arquitecto comenzó con obras de arte conceptual y con la participación en los muy conocidos Encuentros de Pamplona en la década de 1970, explorando la fenomenología del espacio y la energía. Más tarde, la pintura se convirtió en un eje central de su actividad, con series como Los vencejos o La casa, inspiradas en pintores como Matisse y Picasso.

15.8.25

Salvador Dalí y Lorca: El juego lúgubre


En el año 1929 Salvador Dalí realizó su primera exposición individual en París, con la entrada en la capital del entonces bien constituido movimiento surrealista, en donde expuso cuadros tan famosos como El gran masturbador, Los primeros días de la primavera y El juego lúgubre.

Este es el cuadro "más importante de la entrada de Dalí en el surrealismo" para el crítico Félix Fanés. Siempre en manos de coleccionistas privados, casi nadie sabía que El juego lúgubre escondía un secreto. Está pintado sobre un cartón en cuyo reverso hay un dibujo de Federico García Lorca realizado, según Fanés, pocos años antes de que se pintara el cuadro.

Félix Fanés, director del Instituto de Estudios Dalinianos, ligado a la Fundación Gala-Dalí de Figueres, mantiene la hipótesis de que Salvador Dalí utilizó el cartón con el dibujo de Lorca con un objetivo personal oscuro y simbólico pues en aquel momento estaban enfadados.

Pese a que El juego lúgubre es uno de los cuadros más reproducidos y conocidos de Dalí, se ha expuesto públicamente en muy pocas ocasiones. Su actual propietario, un coleccionista francés, explicó en una visita a Barcelona el secreto que escondía su parte posterior.

El dibujo de Lorca es interesante y representantivo de una época en la que el poeta tenía ciertas influencias iconográficas de Dalí. "Al menos dos temas que aparecen en el dibujo son imitaciones o influencias de Dalí sobre Garcia Lorca", añade. "Una es la cara en forma de máscara del personaje representado y después están las formas deshilachadas o venosas que también había utilizado Dalí en los años anteriores".

En la obra "El juego lúgubre" de Dalí, abajo a la derecha, hallamos la figura más imposible de repetir, un hombre con barba, cuyos calzoncillos manchados de excrementos inquietaron incluso a la otra persona, posiblemente Gala, que con una tremenda expresión que nos tenemos que imaginar, oprime con firmeza en el puño un pañuelo ensangrentado.

Este detalle, el hombre barbudo con los calzoncillos manchados y expresión desesperada, ha sido objeto de múltiples interpretaciones fundamentadas en análisis psicoanalíticos, simbólicos y surrealistas. El personaje podría representar el castigo o remordimiento asociado a la masturbación y a los deseos sexuales reprimidos.

El escatológico no es utilizado aquí para complacer lo surrealista, sino como una afirmación de lo humano en su totalidad. Dalí veía el excremento como algo inherente al ser humano, y, en contextos alquímicos, como parte de la fase de “putrefactio” que transforma a los humanos, a los seres vivos, para renacer.

En otros análisis de esta escena, la figura de la pareja podría aludir a su relación con su padre, y la mujer apoyada en el hombre sugiere dependencia; los excrementos, la represión paterna; el pañuelo ensangrentado, el miedo al deseo y posible castigo.

Dalí emplea aquí una iconografía cruda y cargada de ambivalencia emocional: sexualidad, culpa, represión, provocación y transformación. El personaje escatológico no es decorativo, sino esencial, habla de sus propias tensiones internas y su desafío frente a las normas morales del momento.

Es una obra que es casi un relato, una historia, un libro, cargado de simbolismos que no todos somos capaces de descifrar pues es sumamente complicado saber qué nos quiso decir Dalí con todos sus numerosos detalles.



Figuras abocetadas de Salvador Dalí


También los grandes artistas han realizado pequeñas obras, bocetos, apuntes y dibujos. En este caso estamos viendo un dibujo muy sencillo de Salvador Dalí.

Es un boceto de varios que hizo en el año 1923 con 19 años, en donde podemos ver a una pareja, una figura femenina y una masculina bocetados para algún trabajo posterior. Un apunte posiblemente del natural que donó Josefina Cusí al Museo de Monserrat.

14.8.25

Un dibujo de Jackson Pollock


El norteamericano Paul Jackson Pollock fue el principal ejemplo del expresionismo abstracto que sobre todo con la técnica del chorreo de pintura sobre el suelo en donde estaba el lienzo, marcó un modelo de pintura que a muchas personas les parece una tontería.

Las pinturas más famosas de Pollock fueron hechas durante el "Periodo de goteo" entre los años 1947 y 1952. Murió muy joven, con 44 años por un accidente de tráfico en 1956, y es imposible saber qué hubiera innovado en su pintura en los años posteriores a su muerte, si hubiera podido seguir creando con nuevo métodos.

Lo que vemos arriba es un dibujo suyo, con técnicas similares a las de goteo, procedimiento de pintura para crear unas formas, que intentaron romper con el surrealismo y con el cubismo y el poscubismo. Era una rebeldía con los modos artísticos de los años después de la II Guerra Mundial. Un mundo en crisis.

No quería lo normal, ni el caballete, ni colores limpios y brillantes, ni formas geométricas, ni casi interveción directa del artista con su tela.

Era crear casi de forma aleatoria, por movimientos, por gestos, por impulsos con un sistema de chorrear la pintura a veces con sus manos, otras con pequeños artilugios con cuerdas que hacía bailar para que lanzaran el líquida sobre el suelo en donde colocaba el lienzo, sin controlar todo el proceso, semejando como un modelo aleatorio.

Sus materiales, sus colores, se ampliaron a medios industriales, a tintes que conseguía de la industria para crear texturas de color y brillos que no creaban ni el óleo ni el acrílico. Esmaltas, barnices de color, polvos y arenas añadidas a sus pinturas, etc. sin olvidarse nunca de la importancia del blanco y del negro como "colores" fundamentales de sus obras.

13.8.25

La Virgen del Rosal de Stephan Lochner


La Virgen del Rosal realizada por el artista alemán Stephan Lochner, también llamada La Madonna en la Rosaleda, fue pintada entre los años 1440 y 1450 y de un tamaño pequeño, como para un oratorio familiar por sus escasos 51 centímetros de altura, y es una pintura sobre tabla que podríamos ver en Colonia,
Museo Wallraf-Richartz, Colonia, Alemania. 

Una ciudad preciosa incluso para beber cerveza tras visitar su imponente catedral.

Vemos una Virgen puesta en un jardín, sobre el césped, sentada en un banco, rodeada de ángeles y querubines, con un vestido azul potente, ultramar, y nos recuerda a esas vírgenes que llamamos De la Humildad, por su tranquilidad, su serenidad.

El niño Jesús lleva una manzana roja en la mano, indicándonos o recordándonos el Pecado Original, or el que según la tradición, murió Cristo en la cruz.

Ángeles músicos dando un ambiente claramente sonoro a la escena, enmarcada en un rosal que deja la forma de la corona sin tocar, que la sabe rodear, y con numerosas flores de diverso tipo. Rosas, lirios, violetas, margaritas, azucenas, fresas, etc. que cubre toda la escena.

Finalizando la obra vemos arriba del todo, como observando todo el lugar a Dios Padre junto al Espíritu Santo. ¿Es todo esto una representación del Jardín del Paraíso, del Cielo en donde todos dicen que descansaremos si somos creyentes?

Al principio he comentado que por su tamaño pudo ser una obra para un oratorio pequeño, y decía tipo familiar, pero lo cierto es que fue un encargo del Ayuntamiento, no sabemos si para la Catedral de Colonia, para un despacho o para un oratorio de alguna dependencia municipal.

Sin duda una excelente obra de un no muy conocido artista alemán del que no conocemos mucho, de un Stephan Lochner que supo recrear una estampa casi teatral, llena de amor sencillo, de muchos detalles, de una composición muy brillante y candorosa.

Antonello de Messina y San Jerónimo en su estudio


La obra San Jerónimo en su estudio es un cuadro pintado por Antonello da Messina hacia el año 1474 a 1475 y que actualmente está expuesto en la National Gallery de Londres. Un artista del que no se sabe lo suficiente, aunque por sus obras, se pude entender que tuvo que ser un gran artista de su época.

Este cuadro, más bien pequeño y posiblemente para un oratorio personal o familiar, tiene una altura de 46 centímetros y está realizado al óleo sobre tabla.

Vemos a San Jerónimo, posiblemente traduciendo la Biblia al latín pues fue fue el primero que lo hizo, sentado en su estudio de trabajo pero sin duda, divinamente adornado para la ocasión.

San Jerónimo es famoso por traducir la Biblia al latín, en una traducción conocida hoy como la Vulgata, y que fue encargada por el Papa Dámaso I y se realizó entre los años 382 y 405 d.C. 

Jerónimo tradujo el Antiguo Testamento del hebreo y el Nuevo Testamento del griego. La Vulgata se convirtió en la versión estándar de la Biblia en la Iglesia Católica durante siglos y sigue siendo una obra fundamental para la historia de la traducción.

Da la sensación de que su estudio de trabajo, el de San Jerónimo, estaba dentro de una iglesia, y en donde podemos ver a la derecha paseando por el claustro a un león que según la tradición domesticó San Jerónimo al curarle una pata con una espina clavada.

Es una escena muy realista, llena de pequeños detalles que son parte de las historias bíblicas que se desean transmitir. Antonello de Messina era hijo de un escultor y a veces en sus obras esto se nota, pues trabaja los conjuntos desde puntos de vista altos, componiendo todos los elementos en muy buena perspectiva.

Uno de los primeros artistas que emplearon las técnicas del óleo, que las desarrollaron y ampliaron, al venir de la escuela de Jan van Eyck, del que aprendió la técnica que luego fue también enseñando a sus alumnos.

Sobre una capa de base al temple, esta nueva técnica pintaba con delgadas, finas capas de pigmento de color disuelto en aceite, lo que permitía que los colores brillaran mucho más. Como se utilizaban pigmentos más o menos opacos y transparentes, más o menos gruesos, para lograr efectos visuales en relieve.

Abajo a la izquierda vemos dos aves. una perdiz y un pavo real. Antonello da Messina incluyó la perdiz y un pavo real en su pintura de San Jerónimo por su simbolismo. La perdiz, se creía que siempre reconocía la llamada de su madre, y simbolizaba la verdad; mientras que el pavo real representaba la inmortalidad, ya que se pensaba que su carne no se descomponía. 

Pero a su vez con estas figuras en esa posición junto a un cuenco con agua, se logra un punto de vista de profundidad y relieve de una manera muy simple. Las distancias de los elementos de la obra nos hacen pensar en una gran profundidad. Si comparamos el tamaño del león con el gato de la izquierda o con la perdíz, entendemos el juego que quiso hacer en el siglo XV el famoso Antonello da Messina.

10.8.25

Mae Marcelo Elías y sus trabajos culturales y de Arte


El Arte expresivo del artista argentino Rodolfo Marcelo Pérez o Mae Marcelo Elías, hace que se inicie en el Abstracto Surrealista con un estilo muy propio y contundente, buscando la relación existente entre la estética y la cultura, integradas en su forma de entender la vida humana y con un reflejo de la naturaleza, inspiradas en su origen. 
Su estilo se define como neosurrealismo abstracto con influencia de la abstracción expresionista.

Nace en la ciudad de Alberdi al sur de la ciudad de Tucumán del norte de Argentina en el año 1966, y como sucede en muchos otros artistas su obra no tiene formación académica pero recibe el conocimiento desde niño en su paso por la escuela pública y colegio secundario aprendiendo de sus docentes en Artes Plásticas y Dibujo.

Comienza a pintar profesionalmente algo tarde, en el año 2010 tras un paso por la Arquitectura y la publicidad. Posee 4 obras expuestas en el Teatro Colón DE CABA desde diciembre de 2017. También expuso en provincias como Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Tucumán, San Juan, Córdoba y CABA barrios de San Telmo y Palermo.

En Tucumán lugar donde es oriundo y tiene su taller, expuso en un centro cultural 74 obras y realizó 7 murales por el lapso octubre 2018 a Noviembre 2019.

En 2021 expone en el Ente Cultural Tucumán en la Sala Ardiles Gray en forma permanente, la muestra es declarada de interés cultural de la Provincia. Junto a esa institución realiza diferentes eventos culturales a nivel provincial.

El 28 de diciembre de ese año crea ECIRA Espacios Culturales Independientes de la República Argentina, una organización sin fines de lucro donde ayuda a difundir artistas emergentes a nivel local y nacional. 

Llega a reunir 150 voluntarios que abren espacios culturales nuevos, bibliotecas populares, todo se realiza sin fondos estatales, los miembros contribuyen en estos emprendimientos desinteresadamente. 

Estas acciones como eran de esperarse provocan la ruptura con el ente oficial y en octubre del 2022 se constituye ECIRA INTERNACIONAL logrando reunir una plataforma global con 60.000 miembros que llevan el mismo concepto pero a todo el mundo, ayudar a los artistas que vienen detrás y respaldar a los que van a la vanguardia. 

El proceso ECIRA lleva 43 eventos en Argentina y 12 eventos globales de gran aceptación. Si hay algo que caracteriza el arte de este Mae Marcelo Elías, es su mirada al futuro y el intento de que sus obras y acciones culturales perduren en el tiempo.