Pero hay que mezclar con fuerza, agitando, para que se mezclen los elementos entre sí con fuerza, pues ninguno de los dos se deja mezclar con facilidad.
No somos fáciles para interactuar con los que nos rodean, necesitamos algunas veces órdenes tajantes, pues la comodidad nos amordaza ante las posibles osadías.
No somos fáciles para interactuar con los que nos rodean, necesitamos algunas veces órdenes tajantes, pues la comodidad nos amordaza ante las posibles osadías.
Pero en la rebelión también está la posibilidad de cambiar la mezcla.