11.12.14

Cristalera de música en un palacio

Aquel edificio me encantó. Es decir, se me llevo al campo del sueño y me creó dudas. Era demasiado hermoso para ser real, pero al decirme que se empleaba para la música entendí casi todo. Así, con esos envolventes, era más sencillo abstraerse y caer rendido ante la belleza sonora. Aquel Palacio de la Música estaba creado para soñar. Y me puse a delirar, claro, hasta que me despertaron para irnos. La visita había concluido. Allí se quedo Dvorak a medio sonido y es posible que aun siga. Yo me tuve que ir.