Uno se hace mayor cuando te lo reconocen los demás en silencio, pero hay otros sistemas para detectar a los preancianos, estos seres extraños y algo grises como no seamos capaces de tomar decisiones atrevidas y que empezamos a tener una edad suficiente aunque todavía creemos que podemos dar el tipo ante cualquier situación.
Un detalle importante para detectar si nos estamos haciendo mayores es observar si ya tomamos medicinas de manera crónica. En cuanto una persona empieza con la pastillita diaria para esa tontada que no es nada…, ya hemos empezado a caer.
Un colesterol algo tocado, un dolor idiota que no se sabe bien de dónde viene, alguna pequeña depresión sin motivo, algo de ayuda para dormir mejor. Son ligeros síntomas de que la mecánica empieza a sufrir algunos desajustes. Unos pelos que nacen donde no deberían, otros que se van para siempre, algunos cansancios, ciertas torpezas. La badana del motor ya no cierra como antes y hay pérdidas.
No olvidemos nunca que nuestros antepasados se morían de viejos en cuanto enfermaban de algo, y por mucho que deseemos seguir aquí eternamente, estamos a costa de los avances de la humanidad, de la sociedad que estudia.
Y es bueno recordar —para consolarnos al menos— que no todos los ciudadanos del mundo tienen la misma suerte que nosotros. Nosotros estamos en manos de los laboratorios que nos ofrecen pastillas, pero la inmensa mayoría no tienen esa suerte. ¿Pero… es suerte o negocio?
30.9.19
Si te equivocas salen ácidas o incluso muy ácidas
Es maravilloso poder contemplar todas las edades a la vez.
—¿De verdad es maravilloso, me pregunto muy en serio? —es admitir que la muerte viven entre la vida más hermosa.
Estoy hablando de moras, no hay que confundirse, y las moras están a expensas de ser arrancadas de cuajo por unos dedos suaves y lentos que intentan no pincharse. Es importante entender de las edades de la vida si te decides ir a recoger moras. Si te equivocas salen ácidas o incluso muy ácidas.
—¿De verdad es maravilloso, me pregunto muy en serio? —es admitir que la muerte viven entre la vida más hermosa.
Estoy hablando de moras, no hay que confundirse, y las moras están a expensas de ser arrancadas de cuajo por unos dedos suaves y lentos que intentan no pincharse. Es importante entender de las edades de la vida si te decides ir a recoger moras. Si te equivocas salen ácidas o incluso muy ácidas.
Una rotura no eterna, pues la estamos leyendo
El ordenador junto a la escritura te ayuda a encontrarte contigo mismo. Escribir estas líneas aquí solo en el salón comedor mientras todos los demás todavía duermen es un pequeño lujo de soledad acompañada.
Estamos los tres; tú como lector, mi ordenador y yo. A ti no te conozco, no se quien eres pues puedes ser varios y sobre todo no te conozco ahora que me lees pues has cambiado desde que te escribí…, pero lo curioso es que tampoco me conozco yo. Al final será el ordenador al único que conozco algo, y encima a veces se pone tonto.
Sin ti como lector o lectora no sería nadie ahora. En estos momentos de relación conmigo para sacar mis tripas necesito siempre el espejo de otro, de un posible lector que me lee con los años. Esto te lo escribo en enero de 2005, para que tengas espacio tiempo junto a las letras.
Pero como sé que es muy difícil que existas, me releo para al menos saber que yo sí que no he fallado a la cita, y hago mi doble personaje obligatorio. Escritor y lector de sensaciones por si acaso tú… no estás.
Leerme lo propio me ayuda a crecer, a reafirmar lo que pienso, porque bebo de las mismas aguas que creo ser. Me auto complazco de que es posible ser como soy, de que hay más como yo dentro de yo. Pero me preguntó… ¿cómo seré yo cuando me lea esto tras los años? Ni tú ni yo lo sabemos.
Sin ti como lector o lectora no sería nadie ahora. En estos momentos de relación conmigo para sacar mis tripas necesito siempre el espejo de otro, de un posible lector que me lee con los años. Esto te lo escribo en enero de 2005, para que tengas espacio tiempo junto a las letras.
Pero como sé que es muy difícil que existas, me releo para al menos saber que yo sí que no he fallado a la cita, y hago mi doble personaje obligatorio. Escritor y lector de sensaciones por si acaso tú… no estás.
Leerme lo propio me ayuda a crecer, a reafirmar lo que pienso, porque bebo de las mismas aguas que creo ser. Me auto complazco de que es posible ser como soy, de que hay más como yo dentro de yo. Pero me preguntó… ¿cómo seré yo cuando me lea esto tras los años? Ni tú ni yo lo sabemos.
29.9.19
Es nuestra cruz de los deseos. Es Huesca
Las ofrendas siempre se hacen a los iconos, a los recuerdos, a los lugares, a los símbolos. Y como ofrenda sirve desde la palabra a unas flores, desde un trozo de vida a unas ramitas de amor. No es tanto el qué como por el qué.
Esta cruz está en una ermita de Huesca. Tal vez incluso escondida y por eso elegida. Pero es nuestra cruz de los deseos.
Esta cruz está en una ermita de Huesca. Tal vez incluso escondida y por eso elegida. Pero es nuestra cruz de los deseos.
Un japonés cabezón con cuatro pelos
Si ayer hablábamos del arte japonés como reflejo de su propia sociedad, hoy os dejo otra imagen de un tapiz japonés mostrando a un cabezón sin fisuras. Cuando la fotografía no había llegado al mundo también había necesidad de seguir mostrando las curiosidades que existían en las sociedades, y era el arte pictórico el que retrataba las diferencias.
28.9.19
¿Cuánto hace que no te pones los pies a remojo en las aguas de un arroyo de montaña?
Las imágenes muchas veces vienen al encuentro de los espectadores, queriendo atraparte para que te fijes en ellas. Esta de arriba es una sección de un cartel japonés donde podemos ver a diversas personas de la sociedad antigua japonesa disfrutando de la calma de sus vidas. Un retrato social donde poner en valor simplemente la tranquilidad.
Vemos a un hombre con los pies metidos en un arroyo, mirando a sus contertulios pues nos queremos creer que en aquellos tiempos y momentos, se hablaba y mucho más que ahora.
El valor de la obra de arte, incluso de la caza fotográfica de esa sección en concreto… radica en la tranquilidad que desarrolla, en la paz tan difícil de lograr ahora.
¿Cuánto hace que no te pones los pies a remojo en las aguas de un arroyo de montaña o de valle?
Vemos a un hombre con los pies metidos en un arroyo, mirando a sus contertulios pues nos queremos creer que en aquellos tiempos y momentos, se hablaba y mucho más que ahora.
El valor de la obra de arte, incluso de la caza fotográfica de esa sección en concreto… radica en la tranquilidad que desarrolla, en la paz tan difícil de lograr ahora.
¿Cuánto hace que no te pones los pies a remojo en las aguas de un arroyo de montaña o de valle?
Mis cuatro pueblos de momento y sus sabores
Mi primer pueblo fue Soto de San Esteban en Soria, el segundo fue Gurrea de Gállego en Huesca. El tercero ya fue Cambrils en Tarragona para demostrar que iba creciendo en posibilidades, y el cuarto está siendo Anzánigo otra vez en Huesca.
Es como un recorrido vital desde las eras de un pueblo pequeñito pasando por los colorines de un pueblo turístico para terminar en la plaza de Anzánigo que es el verde contrapunto y donde el silencio suena a río.
En medio quedan ciudades con mucha enjundia como mi Zaragoza y mi Madrid. Yo no soy madrileño para nada, pero es que Madrid no es de los madrileños.
Todos los buenos platos de la cocina necesitan especias que den sabor y contraste. Por eso tengo siempre unos polvos de San Sebastián, otros de Bilbao, unas hojas secas de Barcelona o Valencia, unas gotas de Soria y un ramillete de New York.
Con todo eso voy construyendo el camino. No hay más. O si.
Cartucho es un perro cazador pero desempleado

Cartucho es un perro cazador que ya no tiene trabajo. Antes era de El Barbas que era un personaje de Berlanga sin que ninguno lo supiera. O casi, pues participó de extra en una película de la Celtiberia escondida donde la caza sigue siendo un elemento prehistórico que gusta enseñar.
Cartucho es un perro a manchas ocres y amarillas con pelo largo sin peluquería y que me conoce del pueblo vacío, por eso cuando me paseo por sus calles se acerca para que le rasque la cabeza en señal sumisa mía hacia él.
Está cochino que es como están los perros de los pueblos que casi no tienen amo. Pero yo le rasco la cabeza y luego me lavo las manos sin decírselo a Cartucho para que no le entre un mal moral.
Cartucho me quiere pues no hay tantos que le rascan la cabeza, por debajo y por arriba. Pero es muy suyo. Permite que le toque un rato solo, donde se me apega hasta casi empujarme. Me quiere sentir, me quiere tocar y decirme que yo soy suyo. Y su amor me llega. Y su mando en plaza.
No le digo nunca que yo no soy de nadie. Ni de mí mismo. Igual me ladraba entonces.
27.9.19
Los otoños actuales son grises, con miedo contenido
Estoy (estamos) en otoño que es como anticiparse al frío. Ahora ya no hace fríos en los inicios del otoño. Nos hemos cargado el veranico de San Miguel. Los árboles del Pirineo dudan de si empezar a amarillear, pues es el momento… pero no sienten frío ni muerte.
Han decidido en una reunión del fin de semana esperar un poco. Los árboles se reúnen en silencio, pero nunca dicen dónde. Para que no vengan los grises a disolverlos.
La policía de Franco era gris y ese traje se lo debió elegir algún comunista escondido entre sus filas. Gris. Los grises. Los árboles no entienden de policías pero sí de grises. Los odian.
Las pelusas de la escritura son más fáciles que las del habla
Me gustaría ser un brujo de la escritura, engañaros siempre, practicar y aprender mientras os miento. Lo hago con la fotografía pero eso es más sencillo. Con la palabra se permite jugar más y equivocarse más.
Escribir no es hablar, creo, pues si pudiera hablar como escribo sería la hostia. Cuando se habla no se permite revisar, corregir, añadir o quitar.
Escribir es mucho más fácil que hablar y os lo digo yo que hablo demasiado. No soy capaz de hacer caso a Baltasar Gracián y sus consejos sobre el silencio.
Pajitas de secano que contiene higos en sus veras
Hoy de postre me he tomado dos higos de carretera, tiesos, rojos por dentro y negros por fuera, tremendamente azucarados y raros de conseguir. Hacía 20 años que no los probaba.
Sé que me pueden dar alergia y no sé el motivo, pero su lechecilla me da como una ligera urticaria que tengo que intentar combatir con urgencia. Y no tengo bilaxten. Creo que la lujuria del higo me va a castigar otra vez.
Son del Aragón de campo pero eso no me logrará perdonar. Ya noto el inicio del picor. Los higos de ribazo son más gordos pero menos sabrosos pues llevan más agua. Es la clásica diferencia entre secano y regadío.
Estamos en tiempos mediocres donde cualquier saltamontes puede opinar
Me llaman para conocer mi opinión sobre dos partidos políticos primos y hermanos, para confluir con uno o con el otro. Tengo que apelar a bastante más que la ideología y me baso en alguna zancadilla que uno de ellos hizo para joder a mi partido político. Hay que tener cuidado con las prepotencias pues unas van y otras se van. Unas crecen y las otras se pueden volver contra o a favor de los mancillados. Cosas del tiempo. A veces me pregunto si sé lo suficiente para opinar de algunos temas complejos. Y cuando me comparo me respondo. Estamos en tiempos mediocres donde cualquier saltamontes puede opinar y decidir.
23.9.19
Hay tantas cosas que quiero decirte…
La artista estadounidense Sharon Hayes es sobre todo una activista de lo que ella considera injusto y plantea siempre trabajos diversos nunca clásicos donde el arte es una herramienta más para plantear dudas, quejas, gritos o suspiros. En esta fotografía he querido transmitir uno de sus discursos más cortos, a través de mi cámara subjetivo. Es puro surrealismo pues trasciende del realismo objetivo, para tener sentido dentro de la obra de la artista y de su exposición global.
El texto podría ir dirigidos hacia varias opciones. Desde ser una declaración de amor a ser un grito de guerra, que es en este caso lo que realmente nos plantea Sharon Hayes.
“Hay tantas cosas que quiero decirte” que con una exposición de mis obras no tengo suficiente. Así que utilizo palabras, gritos, cartelería, voces, movimientos.
El texto podría ir dirigidos hacia varias opciones. Desde ser una declaración de amor a ser un grito de guerra, que es en este caso lo que realmente nos plantea Sharon Hayes.
“Hay tantas cosas que quiero decirte” que con una exposición de mis obras no tengo suficiente. Así que utilizo palabras, gritos, cartelería, voces, movimientos.
Límite. Implosión. Fotografía. Montaje escultórico
Esta es la clásica obra dual entre unos artistas que crean una obra para una exposición (María Luis Fernández y Juan Luis Moraza, titulada "Límite (implosión)" y una mirada fotográfica de dicha obra.
En cuadros pictóricos esto es imposible. Siempre hay que mirar de frente y todos los espectadores vemos lo mismo. Pero en escultura o en otras disciplinas artísticas, el espectador es quien configura la obra final con su punto de vista. Cada persona ve la obra de una manera diferente. No es una sino cientos. Incluso se puede mezclar con la mirada fotográfica de quien acude y caza su propia mirada.
En cuadros pictóricos esto es imposible. Siempre hay que mirar de frente y todos los espectadores vemos lo mismo. Pero en escultura o en otras disciplinas artísticas, el espectador es quien configura la obra final con su punto de vista. Cada persona ve la obra de una manera diferente. No es una sino cientos. Incluso se puede mezclar con la mirada fotográfica de quien acude y caza su propia mirada.
Tenía la misma edad que la puerta, pero menos ágil
Dos ojitos que escondían el truco y el trato para entrar. Una manilla para darle la vuelta y acceder. Muchos años encima.
La madera crujía pero seguía sosteniendo el escenario. Parecía teatro, pero funcionaba todo muy bien.
El peor de todos era el dueño que con la gayata sujetando sus piernas intentaba hacer girar la llave y no podía. La misma edad que la puerta.
La madera crujía pero seguía sosteniendo el escenario. Parecía teatro, pero funcionaba todo muy bien.
El peor de todos era el dueño que con la gayata sujetando sus piernas intentaba hacer girar la llave y no podía. La misma edad que la puerta.
22.9.19
Que nadie te diga qué quieres. Un aplauso al diseño
Muchas veces la fotografía nos la entregan hecha, ya montada. Simplemente tenemos que mirar y ver. Cazar y tomar la pieza. Este es uno de esos ejemplos. La belleza del cartel es contundente.
El diseñador del cartel junto a la persona creadora del texto, que puede ser la misma o no, crearon aquí para una Caja de Ahorros una pieza de arte.
La tipografía está bellamente elegida dentro de una simplicidad fabulosa. El blanco de fondo es perfecto, y los colores degradados del texto le ofrecen vitalidad, movimiento.
Estoy seguro que lo que más costó decidir fue si poner o no poner las líneas de la base del texto, para remarcar, enmarcar, poner en más valor el poco texto, incluso jugar con la pedagogía del recuerdo escolar. Sin duda como fotógrafo y diseñador, un aplauso, como cazador de miradas mientras ando, un trofeo que me he llevado.
El diseñador del cartel junto a la persona creadora del texto, que puede ser la misma o no, crearon aquí para una Caja de Ahorros una pieza de arte.
"Que nadie te diga qué quieres"
La tipografía está bellamente elegida dentro de una simplicidad fabulosa. El blanco de fondo es perfecto, y los colores degradados del texto le ofrecen vitalidad, movimiento.
Estoy seguro que lo que más costó decidir fue si poner o no poner las líneas de la base del texto, para remarcar, enmarcar, poner en más valor el poco texto, incluso jugar con la pedagogía del recuerdo escolar. Sin duda como fotógrafo y diseñador, un aplauso, como cazador de miradas mientras ando, un trofeo que me he llevado.
Qué es la Nueva Objetividad o la Escuela Düsseldorf en fotografía?
Vamos a imaginarnos un ejercicio práctico y fotográfico de sencilla explicación. Nos vamos a basar en la Nueva Objetividad, en fotografiar un objeto sencillo, simple, que todos vamos a reconocer enseguida. Puede ser el que queramos, aunque si el ejercicio fuera real el monitor nos indicaría qué debemos fotografiar. Por ejemplo unas piezas de tela al corte, como vemos en la imagen de arriba.
Volvemos con la imaginación a ver un puesto callejero en un rastro, donde se venden telas al por menor, al corte. Si estamos una docena de fotógrafos realizando el ejercicio con libertad de elección,y si solo podemos elegir una fotografía, saldrán 12 imágenes totalmente distintas. Los objetos serán los mismos, pero el punto de vista de cada fotógrafo habrá elegido un encuadre, una mirada diferente.
Eso que vemos arriba es simplemente el Arte Fotográfico. Esa es en gran medida un ejemplo de la Nueva Objetividad o de la Escuela Düsseldorf de fotografía. ¿Y en qué consiste esta Escuela o tendencia fotográfica contemporánea? Advertir de entrada que es ya vieja con sus casi 50 años de vida, para que no creamos que estamos hablando de algo muy novedoso.
Principalmente se basa en fotografías de objetos comunes, realizadas desde un punto de vista frontal, con mucho detalle y como si se lograra que el espectador estuviera viendo de frente lo mismo que decidió mirar el fotógrafo, con un encuadre que selecciona y enmarca el contenido para añadirle o restarle composición. El resultado es un objeto o paisaje simple, sencillo, casi minimalista, con pocos elementos y con espacios vacíos que parece querer decirnos algo más que lo que representa, ayudado por su encuadre y la posición de sus elementos.
Imágenes realistas, casi surrealistas pues llevan un componente diferente en su totalidad, buscando que los objetos hablen sin hablar. Imágenes de gran formato, que a veces parecen repetir elementos dispuestos de forma aleatoria, resultados limpios, suaves, que inspiran tranquilidad y que a veces parecen retratos industriales de una época pero que en las últimas décadas se han ido transformando en multitud de posibilidades que se mezclan con otras tendencias artísticas, donde a veces el surrealismo es una de las más claras.
Volvemos con la imaginación a ver un puesto callejero en un rastro, donde se venden telas al por menor, al corte. Si estamos una docena de fotógrafos realizando el ejercicio con libertad de elección,y si solo podemos elegir una fotografía, saldrán 12 imágenes totalmente distintas. Los objetos serán los mismos, pero el punto de vista de cada fotógrafo habrá elegido un encuadre, una mirada diferente.
Eso que vemos arriba es simplemente el Arte Fotográfico. Esa es en gran medida un ejemplo de la Nueva Objetividad o de la Escuela Düsseldorf de fotografía. ¿Y en qué consiste esta Escuela o tendencia fotográfica contemporánea? Advertir de entrada que es ya vieja con sus casi 50 años de vida, para que no creamos que estamos hablando de algo muy novedoso.
Principalmente se basa en fotografías de objetos comunes, realizadas desde un punto de vista frontal, con mucho detalle y como si se lograra que el espectador estuviera viendo de frente lo mismo que decidió mirar el fotógrafo, con un encuadre que selecciona y enmarca el contenido para añadirle o restarle composición. El resultado es un objeto o paisaje simple, sencillo, casi minimalista, con pocos elementos y con espacios vacíos que parece querer decirnos algo más que lo que representa, ayudado por su encuadre y la posición de sus elementos.
Imágenes realistas, casi surrealistas pues llevan un componente diferente en su totalidad, buscando que los objetos hablen sin hablar. Imágenes de gran formato, que a veces parecen repetir elementos dispuestos de forma aleatoria, resultados limpios, suaves, que inspiran tranquilidad y que a veces parecen retratos industriales de una época pero que en las últimas décadas se han ido transformando en multitud de posibilidades que se mezclan con otras tendencias artísticas, donde a veces el surrealismo es una de las más claras.
La España de la Unidad. Todo a un euro
Esta imagen celtibérica de la unidad, del todo a un euro es lo más cercano que hemos estado del abaratamiento de esa unidad. Hermosos y modernos calzoncillos a un euro. A una unidad de moneda, ¡¡barato, barato!! que nadie lo dude. Si vas sin ropa interior es porque quieres. O porque no tienes ni un euro libre.
Los humanos no sabemos cambiar de color
Luz. Luz natural. Luz blanca. Luz con textura de luz.
Cuando hay que llamar la atención, nada como la propia naturaleza.
Los humanos no sabemos llamar la atención más que con violencias verbales, pero nunca con el color.
Cuando hay que llamar la atención, nada como la propia naturaleza.
Los humanos no sabemos llamar la atención más que con violencias verbales, pero nunca con el color.
El cartón produce acidez de estómago. Lo dicen las ratas
¿Has comido alguna vez cartón del bueno? Es fabuloso, sabe a cuero pero empalaga mucho, con un poco ya es suficiente. Lo malo es el pegamento que lleva dentro que produce acidez de estómago por muy ratas gordas que seamos. Parece un plato de primera pero al final se pasa putas pues te pudre las tripas.
21.9.19
Escaleras rotas con luz amarilla en la Zaragoza en construcción
Subíamos por las escaleras del derribo cuando miré hacia abajo. Seguía entrando la luz de la calle. Pero no entendí por qué era amarilla si la calle era luz brillante azulada. Miré hacia dentro, a mi izquierda, y todo era oscuro y lleno de polvo. Supe que en breve vivirían personas que nunca verían lo que yo. Ellos llegarían ya sin polvo ni escorchones.
La farola falsamente real, que no daba luz
La farola sombreaba. Ni daba luz ni se dejaba ver, ni estorbaba, ni sabemos con seguridad si existía. La intuimos. Pero para poca cosa. Es una farola de sueños, falsamente real.
Flor roja con motor de dos tiempos
Entre las penumbras de una tarde en Almería me encontré esta flor a punto de cerrarse del todo. Son artificios naturales que no lo parecen y tiene motor.
Cuando hace buena luz y sol se abren para provocar. Cuando llega la noche se cierran para ensimismarse.
Es mucho trabajo para una flor y por eso su motor se acaba en pocos días. Pero mientras tanto, es una maravilla de movimiento.
Cuando hace buena luz y sol se abren para provocar. Cuando llega la noche se cierran para ensimismarse.
Es mucho trabajo para una flor y por eso su motor se acaba en pocos días. Pero mientras tanto, es una maravilla de movimiento.
Hijos de cactus que no pinchan y brillan de color
Los niños siempre están pegados a sus padres en los primeros estados vitales. Tiene un color sonrosado y alegre, y destacan por sus maneras y formas. Estoy hablando del cactus, que curiosamente logra hijos que no pican, que no pinchan.
20.9.19
El guerrero dibujete quiere atacar. Por partida doble
El guerrero dibujete quiere atacar. Y se pone de perfil para coger velocidad en una pose atlética inútil. Es un simple dibujete duplicado, dispuesto simplemente para ser observado. No mete miedo, mete sonrisas.
1.9.19
Babapt y sus expresiones teatrales
El artista francés Baptiste Pauthe, que firma con el seudónimo de "Babapt" utiliza el arte pictórico como medio visual de expresión donde configura teatro y vídeo incluso simplemente creando espacios propios de expresión.
En una búsqueda íntima y sincera, que se expresa por necesidad personal. En un refugio amable que llena de color, de mensajes, de incluso dolor que da la bienvenida a quien se acerca y observa sus formas, sus colores y textos que cuentan historias.
Esta obra forma parte de un espacio en Tabacalera (Madrid) dentro de una exposición sobre Eloy de la Iglesia y la importancia de los años en los que trabajó sus obras de arte puro sobre una España que se movía para alzarse sobre su dictadura.
En una búsqueda íntima y sincera, que se expresa por necesidad personal. En un refugio amable que llena de color, de mensajes, de incluso dolor que da la bienvenida a quien se acerca y observa sus formas, sus colores y textos que cuentan historias.
Esta obra forma parte de un espacio en Tabacalera (Madrid) dentro de una exposición sobre Eloy de la Iglesia y la importancia de los años en los que trabajó sus obras de arte puro sobre una España que se movía para alzarse sobre su dictadura.
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