Pensó en asomarse del todo, pero enseguida se fue secando al calor de la tarde y al perder color le entró vergüenza en que la viéramos desnuda.
Las hojas cortadas son como los tímidos, no siempre quieren dar la cara.
Las hojas cortadas son como los tímidos, no siempre quieren dar la cara.
Por eso hoy, cuando nos han avisado de que había fallecido Laura Gómez-Lacueva, en realidad también había muerto ET, una gran parte de OregónTV, un personaje o diez que se nos metían en casa a la hora de la cena, para hacernos sonreír.
Ya no se podrá recuperar sus maneras, sus personales formas de comportarse, diferente en cada uno de sus personajes. Se ha ido la abuela de la Familia Gálvez, se nos ha escapado ET y decenas de otras intervenciones maravillosas. Pero es lo que todos sabemos de antemano. Siempre nos queda el buen recuerdo.
Decíamos que lo sencillo era trabajar los diferentes planos visuales, bien con desenfoques, con ausencia de detalles, de colores contrastados, etc.
Pero a veces al artista le interesa que no exista esa diferencia clara, o incluso que no haya un solo plano de figura sino dos o más, para que sea el espectador quien decida qué plano con figura considera más importante y sea el primero en observar.
Todo esto al mirar un cuadro o una fotografía lo hacemos (casi) sin darnos cuenta, elegimos sin casi percibirlo por motivos diversos, es en parte nuestra propia formación visual la que nos lleva a elegir, a fijarnos con más o menos atención en una parte u otra de la obra.
Lo sencillo es esbozar, casi bocetar la parte que queremos dejar como Fondo. Pero muchas otras veces deseamos que todo el conjunto esté igual en su relación entre los elementos o las escenas. Para tal vez incluso confundir al espectador.
En la realidad de la calle, del día a día, nosotros con la vista sí utilizamos esa capacidad.
Miramos y sin darnos cuenta vemos unas partes perfectamente enfocadas y las convertimos en "figuras" mientras gran parte de esa mirada nos queda en el cerebro como desenfocada, como en un segundo plano, pues en realidad la vista es muy selectiva.
Jugar en el arte plano a reforzar esas sensaciones visuales normales, es un ejercicio que ayudar a colocar como protagonista unas partes en contra de otras. Es simplemente simplificar la lectura de la obra.
En la obra que dejo como ejemplo hay hasta tres planos, las dos figuras grandes e importantes, el plano de los detalles que hay encima de la mesa, y el fondo que con sus detalles y su cielo potente, no quiere tampoco pasar desapercibido. Se lee la obra en tres lecturas distintas, y es otra manera de no querer diferenciar con claridad lo que es figura de lo que es fondo.
Es un sencillo comedor de un monasterio franciscano, sobriedad, sencillez y a su vez una belleza de lo mínimo, del plato o cuenco para la comida y una taza o jarra para la bebida. Silencio, tranquilidad, oración consigo mismo y a veces en grupo, y poco más. Es en Palos de la Frontera, pero podría ser cualquier otro monasterio. Los utensilios son de atrezo, no son las reales pues cada persona llevaba las suyas desde su celda y se las limpiaba él mismo.
De la Real Fábrica de Tapices de España dejo este tapiz de "La Gallina Ciega" de un cartón y una obra de Francisco de Goya. El tapiz se fabricó en los años 80 del siglo XX en una calidad de 90 hilos en lana y seda con un tamaño de metro y medio de lado.
En los tapices, según el tipo de hilo utilizado, su densidad y el tamaño final de la obra, se logran más y mejores detalles o por el contrario, la misma sensación pero con menos detalle fino.
¿Qué es realmente, sino un cruces de caminos?
En el museo de las Tres Carabelas que existe en palos, en la zona desde donde partió Colón con sus carabelas hay una representación de esas personas. os dejo la del hombre. Y quiero hacer notar sus pinturas corporales como ejemplo de Arte personal para decorarse las personas. Una señal de identidad, de prestigio, de significado incierto, pero sin duda estético.
Puntos iguales de tamaño en cuatro colores y perfectamente distribuidos para remarcar el cuerpo, incluidas algunas líneas en la cara. Parecen similares en las mujeres, pero es cierto que en los hombres y a modo de "galones" algunos podían llevar más marcas indicando su estatus o poder.
Esto es una cafetería, era una pared blanca y aburrida. Un poco de ambiente con una obra puntillista que es una copia impresa y enmarcada, una iluminación, y hemos utilizado el arte para crear un ambiente. A su alrededor personas que ante una simple pared blanca no sentirían lo mismo que ante este espacio, aunque ellos mismos ni lo noten.
Otra gran ventaja del Arte. No siempre tenemos que notar su presencia, su influencia. Pero existe ese poder de envolvernos y de mover nuestras sensaciones, incluso aunque creamos que no.
Esta obra es del pintor de Florencia Alfio Rapisardi.
Nota.: La fotografía es del turolense Miguel Puente Ajovín
El de arriba es de Auguste Renoir, y el de abajo de Claude Monet. Pintados ambos en 1869.
A este último no le debió gustar especialmente el resultado pues advertía que era un simple boceto para una obra grande que no se conserva.
Es una obra doble de los comienzos del impresionismo, pintadas al natural, de forma rápida, y en donde había que elegir sobre todo las posiciones de los elementos que se movían, pues el tiempo aunque breve era suficiente para que nadie ni nada permaneciera estático.
Renoir quiso detallar más los vestidos y la reunión o fiesta de las personas, mientras que Monet jugó más con la estética limpia, con un círculo al que rodeaban elementos que se dirigían hacia él.
Todo parece obligarnos con sus líneas a tener que mirar el boceto de Claude Monet. En cambio el de Auguste Renoir juega más con un movimiento lateral que desde la derecha nos obliga a mirar la escena central.
Para finalizar, solo un pequeño detalle. El tratamiento del agua del lago y sus brillos es tremendamente similar en ambas obras.
Pero quería hablar de esta cerámica de Miró desde otro punto de vista.
No todas las obras de un autor conocido y reconocido pueden tener el mismo valor, y no hablo del económico sino del artístico. A veces se hacen obras u obritas que resulta algo defectuosas. Sobre todo con el paso del tiempo.
Es un Miró, sí, pero no es un gran Miró aunque haya salido de su taller, de sus manos. Es una cerámica incluso bastante infantil para el tipo de obra que hacía Miró.
Es un surrealismo que (creo) ha soportado mal el paso del lienzo a la cerámica, es muy posible que lo que cada uno de nosotros somos capaces de hacer bien en una base, con unos materiales, sea complicadísimo repetir con otros medios.
A veces el propio mercantilismo o las personas que rodean a los propios artistas, les obligan a entrar en otros campos con tal de fabricar obras, más que de crear obras. Y entonces se pierde valor de muchas de ellas.
No hablo de lo sencillo que puede resultar hacer un tipo de obra, por ejemplo este que vemos, sino del valor visual, estético o incluso provocativo y novedoso del mismo. El peso del traslado de las ideas hacia la ceramica, no le ha favorecido a Miró en este caso.
El programa no tiene Inteligencia ni artificial ni mucho menos natural, no tiene ni gusto artístico ni inteligencia artística. Copia, selecciona con arreglo a las órdenes que recibe. Un padre medio calvo, con bigote y gafas, un dibujo en tonos cálidos, etc. Aunque en realidad parece más un abuelo con el nieto.
Y el programa de IA interpreta las órdenes que recibe. Es un criado nuestro, un esclavo Artificial con poca inteligencia, excepto que sabe utilizar la que antes le han metido unas personas en sus tripas en forma de almacén.
En el Arte se necesita Sensibilidad, capacidad de Ver y saber Mirar, Estética y Buen Gusto, capacidad de Expresión propia, y gran parte de estas cualidades todavía no se pueden concebir desde la IA. Eso no quiere decir que con un tiempo se siga avanzando, ni tampoco que no sean capaces de reconvertir oficios y profesiones.
Por cierto, si nos fijamos bien en la ilustración, vemos que la mano derecha del niño está mal hecha con los dedos torcidos y el lápiz que sujeta es imposible. Tampoco parece muy natural la lámpara de luz ni el resto de herramientas para dibujar. El niño parece que lleva coleta o es niña con cada y corte de pelo de niño si eso se puede decir en estos tiempos raros. La mano izquierda tiene dedos extraños y la posición de las páginas en su zona centro resulta como poco rara. Y la mano del adulto tiene seis dedos. Efectivamente, todo queda muy artificial.
Si este dibujo fuera un encargo, sería desechado. O lo que es casi lo mismo. Ningún dibujante lo hubiera hecho con tantos errores. Pero claro, este dibujo es gratis.
Lo que vemos es la obra "La materia del tiempo" de Richard Serra, estadounidense de padre español, escultor muy reconocido por sus obras en acero corten.
Esta obra impresiona simplemente al verla desde lejos, en su conjunto, sin entrar a valorar su valor como idea. Por ser grandiosa ya impresiona. Pero esto mismo sucede con muchas otras obras de pintura, las prestamos atención entre otros motivos, por su tamaño.
Es tanto como asumir que estas grandes obras no son para poderlas tener en casa, en la oficina, en un lugar pequeños. Se deben disfrutar en grandes espacios. ¿En museos solo?
Hay artistas que crean obras pictóricas de diez metros cuadrados. Parecen hechas específicamente para grandes edificios oficiales. Pero en realidad eso es otro campo mental, posiblemente movido por decisiones mercantiles. El Arte pequeño, a veces casi en miniatura, existe y tiene su propio mercado.
No sabemos hacia dónde se moverá en la próximas décadas la pintura. Hoy es grande, posiblemente para diferenciarse de la fotografía que solo en poco casos es grande. Pero posiblemente sea cuestión de tiempo, de modelos de impresión y de sensores fotográficos más precisos para grandes (enormes) ampliaciones.
El detalle lo vemos no tanto por sus píxeles de calidad como por la distancia a la que contemplamos la obra. Una que sea muy grande la veremos a más distancia y por ello los detalles los contemplamos de otra manera.
Esto no lleva a la otra consideración. Si esta escultura de Richard Serra en vez de 10 metros de altura tuviera 30 centímetros, lo único que cambiaría sería su dificultad en realizarla… y la distancia a la que la contemplaríamos. La idea sería la misma, el concepto y la provocación podría ser la misma. O no, pues a veces necesitamos el tamaño para dejarnos impresionar.
Los niños en el Arte y en la Vida, son el futuro, así que todo lo que trabajemos con ellos, por ellos, siempre será poco.
De los 17 niños de la imagen junto a sus dos profesoras, es posible que al menos uno de ellos haga algo relacionado con el Arte en toda su vida, pero no será su forma de vida.
Y también es posible que dos de ellos sepan disfrutar del Teatro, del Arte en general o incluso de la literatura leída que parece lo más sencillo de todo el proceso de disfrute de ls numerosas formas de tener Arte entre las manos.
Y aun así hay que seguir trabajando con los niños todas las opciones del Arte. Hacérselo entretenido y atrevido. Festivo y bello. Pues eso es el Arte, un método de expresión y contemplación hecho para divertirnos haciéndonos pensar.
El Arte lleva entre nosotros miles de años, así que no tenemos temor a su desaparición. Pero es cierto que en periodos de crisis global, se transforma, cambia, refleja esos trastornos sociales pues es parte de esa sociedad.
El Arte que vaya surgiendo, que ya está surgiendo, en este Siglo XXI, será distinto. No sabemos todavía hacia dónde se moverá, qué intentará mover y transformar, o incluso tampoco sabemos si no dará pasos hacia atrás buscando caminos olvidados. De todo ha sucedido en los siglos de la historia.
Y serán esos niños los que propiciarán esos cambios, de modos, de lectura, de creación y expresión.
Lo primero es practicar, enseñar a la mano, conocer bien las herramientas, llenar papeles de dibujos sin importancia, seguir dibujando aunque creas que eso no vale nada. Como en muchas otras cosas, aprender a dibujar se logra dibujando.
Dibuja todos los días, dibuja al menos una hora al día, dibuja árboles, pequeños paisajes, bocetos, figuras, texturas, caricaturas, copia de un tebeo, intenta retratar la figura de una persona de un anuncio.
Busca un dibujo de Joan Miró o de Antonia Saura y cópialo. No es copiar, es aprender. Copia poniendo encima del original un papel de copia para ver los trazos, y luego vuelve a realizar la copia del dibujo a mano alzada, y no te preocupes del resultado.
Busca dibujos de otros artistas, grabados antiguos, busca obras de Goya y copia sus rostros. Sus formas corporales, sus movimientos. Aprende de las formas de sus texturas, de sus vestidos, de sus gestos.
Practica con lápiz o con pluma o rotulador. Cambia de herramienta, intenta hacer lo mismo con diversos métodos, con diferentes herramientas, aprende a diferenciar lo que se logra con cada tipo de lápiz, de pluma, de rotulador y pintura de colores. Incluso vuelve al carboncillo para dominar las sombras.
No lo hagas siempre en negro, intenta dibujar en colores sepias, rojos, azules, grises. Cambia matices. pero de momento siempre a un solo color.
Un consejo para que no te rindas antes de lo previsto. Utiliza materiales de verdad, de calidad, tanto en papeles como un lápices o plumas y tintas. Lo peor es cansarte de los resultados por no estar utilizando los materiales necesarios.
Practica mano, déjate llevar, da soltura a tu mano aunque lo que consigas no sea un trabajo efectista. La mano debe parecer que trabaja libremente, pero en realidad debes saber dominarla. Ella no debe ser quien haga lo que quiera, pero debe parecerlo.
No te canses en dibujar, es el inicio de pintar. Aunque luego quieras pintar manchas abstractas deben saber dominar el dibujo, las formas, los contornos, los volúmenes, las luces y sombras.
Aprender hoy, muchas veces, es ver en internet opciones, ver trabajos de otros artistas, ver tutoriales, vídeos, consejos. Es practicar sin parar jugando a dibujar, pues lo mejor para no aburrirte es disfrutar del Arte como si fuera un gran juego personal.
Para ver que el dibujo no tiene que ser siempre retrato o cerámicas puestas sobre una encimera os dejo una obra de Joan Miró titulada "El despertar de madame Bou-Bou al alba" y así podemos ver que el simple dibujo tiene campos de trabajo que son tremendos y muy distintos unos de los otros.
Copiar los dibujos de Joan Miró es un ejercicio muy sencillo para ir dominando herramientas y la propia manera de ver y de transmitir con la mano.
Pero esa diferencia entre figura principal y fondo no siempre es clara, incluso no siempre existe. Y a veces se juega con la ambivalencia de no querer indicar con claridad qué es figura y qué es fondo. Ambos elementos o zonas pueden ser una cosa y la contraria, incluso dependiendo del espectador y de su percepción.
Aquello que realmente significa algo importante debería ser la figura. Y aquello que envuelve pero no vemos en una primera vista, en un primer instante, sería el fondo.
Para ello a veces utilizamos en las técnicas pictóricas y fotográficas diversas herramientas visuales. Damos el detalle a la figura y desenfocamos el fondo. O damos color a uno y saturamos mucho menos aquello que no deseamos que sea principal. O desde hace siglos, damos luz a la figura y sombra a los fondos.
Las figuras siempre deben estar delante de los fondos, deben verse más y ser las que dirijan nuestra forma de mirar, de interpretar. Pero no siempre los fondos son las traseras de las figuras.
Una figura debe contener los detalles, y ser la fuerza del conjunto, la precisión de la escena, los elementos que configuran los motivos, casi los títulos.
Pero a veces en muchas obras abstractas todo esto se diluye. ¿Qué es lo principal y qué el fondo? Si vemos la imagen de arriba, de Mark Rothko del año 1952 no lo sabemos decir pues el artista letón no quiso en sus obras plantear esas divisiones. Eran manchas, color, formas, espacios.
Si miramos con más detenimiento esta obra de Rothko "Sin título" sí veremos que las tres franjas de color se hacen sobre un fondo casi neutro. Tenemos pues una disimulación de lo que se considera figura y fondo, pero existe.
En la obra de abajo, de Antonio Saura del año 1997 y titulada "Karl-Johann Strasse II" vemos mucho más claramente qué son las figuras y el fondo. Pero debemos admitir que no en todos los ejemplos posibles esta división entre figura y fondo es tan sencilla de ver y admitir.
Por cierto, Antonio Saura utiliza también y mucho los "Contornos" para separar las figuras de los fondos, a base de líneas negras.
Abrir las puertas es mucho más complicado que cerrarlas. Pero hay que aprender a cerraras bien, para que no se abran, o por si necesitas volver a entrar por ellas.
Hay que engañar aunque sea levemente, de que aquello que parece plano, en realidad es una representación de algo en relieve.
Según hemos ido avanzando con los siglos en opciones y herramientas, se han ido acompañando las representaciones artísticas con diversas maneras de crear texturas.
Hace siglos todo dependía de la habilidad del pintor, del escultor. Hacía rugosidades en casi un mismo plano, y en el caso de la escultura permitiendo en la imitación que fueran realmente texturas.
Hoy con todo muy evolucionado, las texturas pueden partir de herramientas digitales, pero hace unos pocos siglos, con los grabados sobre un papel totalmente plano, simular volúmenes con líneas siempre en blanco papel y tinta oscura, era complejo, era cuestión de saber dominar bien el grosor y la dirección de los trazos.
Un ejercicio que todos nosotros deberíamos hacer es tener una carta de texturas propias. Unas muestras de las texturas que nosotros sabemos y podemos crear, para tenerlas visualmente cerca, utilizar esas técnicas, modificarlas según las necesidades.
Un óleo o acrílicos mezclado con serrín, con arena de mar, con polvo de piedra, logra unas texturas muy distintas. La base se convierte así en un elemento que admite el color con su propia textura.
El uso de centenares de pinceles digitales, comprados, copiados o creados por nosotros en los programas de edición de imágenes, nos permiten no sola ya simular texturas de lienzos, de base o de lápices y pinceles, sino mezclarlos entre sí, con saturación diversa, opacidad entre ellos, tipo de mezcla de capas, etc.
Una acuarela juega con el agua para crear texturas, pero también las aguadas de tinta permiten técnicas muy similares en donde mezclamos medios líquidos con medios sólidos, como pueden ser rotuladores, pinceles o lápices.
Los mismos lápices de colores pueden ser acuarelables, y en esa opción lo pueden ser con diversas técnicas. Humedeciendo la pintura o en seco pintando sobre una base húmeda.
Los resultados sin diferentes y por eso es importante que conozcamos todas las opciones y tengamos nuestra propia Carta de Texturas para saber de qué manera se logran los efectos.
Cada soporte crea unos efectos diferentes, pero sobre cada soporte también cada medio de color actúa de modos distintos, y a su vez también cambian si interactúas sobre estas mezclas.
No es lo mismo —por poner un ejemplo sencillo— pintar con lápices acuarelables secos sobre un papel húmedo y sobre al que luego le pasamos la mano para difuminar; que hacer ese difuminado complementario con una esponja, un plástico fino arrugado, etc.
No queda igual una acuarela con mucha agua que con poca, sobre papel seco que sobre papel húmedo, sobre papel al que presionas o prensas casi en seco a si lo haces prensando en húmedo reciente.
Incluso tampoco es lo mismo una obra terminada sin añadirle nada más, que una obra a la que ya finalmente acabada le sumamos veladuras de color para lograr efectos diversos, para envejecer, para colorear suavemente, etc.
Esas veladuras también puedes ser texturizadas, aportar efecto de textura a la obra.
Nada como asistir a una representación realizada para ti. Contemplándola solo tú. Creyendo que solo estás con la obra, y dejándote llevar por sus impulsos. Arte Único para un espectador único.
Un local de ocio que es capaz de dar la bienvenida de esta manera, no debería defraudar nunca.
Sigue siendo Arte aunque no lo haya escrito o pintado un artista con nombre, aunque sea la suma de elementos bellos que se mueven como por la casualidad de la vida.
El mismo año de este cuadro, el 1671, fue canonizado por el Papa Clemente X. Un Santo más, con la espada en la mano para mater infieles, es decir, personas que defendías otras opciones.
Arriba vemos la imagen tal y como nos la dejó Zurbarán hace 370 años. Y en las dos de abajo hemos modificado el color de alguna ropa de la virgen, unas pequeñas muestras de color para ver cómo nos cambia la percepción. O como NO nos cambia.
El color es el que ofrece una riqueza mayor a las obras pictóricas. Recordando siempre que el banco y el negro son también dos colores de nuestra paleta posible.
El artista tiene que elegir. En estos casos, pintura religiosa inventada, no existe modelo (más o menos) quien pinta decide qué colores le van mejor a la obra según varios elementos que le sirven para tomar la decisión. El fondo, el contexto, lo que desea matizar o destacar, los complementarios, si desea destacar una zona o al contrario desea que pase desapercibida para remarcar otras, etc.
Lo curioso es que en muchos de estos casos no habría consenso si preguntáramos. Es posible que cada uno de nosotros como espectadores, elegiríamos como mejor una opción u otra. Incluso es posible que cambiásemos de opinión según el día en el que nos encontramos.
He jugado con una pequeña trampa. El original de Zurbarán mantiene los dos colores de las ropas de la Virgen en la misma gama de colores, y los dos ejemplos que pongo debajo se mueven en gamas distintas, lo que represente que no nos guste tanto y nos resulte más chabacano. La obra original no desea que te fijes tanto en las ropas como en la propia imagen de la Virgen y del Niño.