17.12.16

San Diego de Alcalá y los pobres, de Murillo

Bartolomé Esteban Murillo pintó esta obra en su juventud, con sólo 28 años de edad. No es sin duda su mejor obra, pero indica ya, unas formas de saber tratar a los personajes de una manera muy detallada, fotografiando la composición con cuidado y autenticidad, sin perder esa gracia que tienen todas sus obras en los ropajes y los rostros.

Se titula “San Diego de Alcalá y los pobres” y fue pintada en el año 1646. Trata del milagro de San Diego, que siendo el responsable de dar de comer a los pobres, él sabedor de que la comida de la gran olla se iba acabar antes del número de pobres que acuden en busca de sustento, se pone a rezar para que nunca se termine el alimento del puchero, y logra el milagro de que aquella comida efectivamente nunca se llegue a terminar.

Su cuerpo, a su muerte, no se corrompió y permaneció inalterable y por ese motivo los Grandes Señores y las familias Reales de la época, cuando se sentían muy enfermos, a punto de irse de viaje, mandaban traer el cuerpo sin pudrir de San Diego para que les diera fuerza y tal vez incluso suerte. El pobre San Diego estuvo viajando después de muerto, más que en vida.