Tampoco todas las cuentas personales tienen haber, ni debe. Son apuntes en el libro de la memoria personal.
Pasamos, pasan, nos vemos, los vemos, nos ven. Y todos nos apuntamos en el libro de la memoria de todos nosotros. Unos en un espacio y otros en otro.
Hay saldos duraderos, saldos efímeros, saldos que pasan desapercibidos pero se quedan…, y hay saldos finales.
Hay saldos duraderos, saldos efímeros, saldos que pasan desapercibidos pero se quedan…, y hay saldos finales.
La suma de todos ellos, somos nosotros, es la mochila.
¿Y si los metemos en una bolsa de basura y los tiramos al cubo? ¿Por seguir jugando con los recuerdos o los no recuerdos?

