10.9.18

La fuerza de la delicadeza de una niña con poder

La fuerza de la delicadeza, del amor a lo débil, del respeto a quien tiene toda la razón pues no tiene nada de fuerza.

La vida está llena de fuerzas y dolores porque no mandan los débiles, los dulces de carácter, los suaves de temperamento o los delicados y amorosos.

Una niña siempre será una niña…, hasta que los adultos la conviertan en otro adulto disfrazada de terror. Pero si a una niña no la estropean los adultos, siempre será una niña hasta que ella decida crecer. Hay niñas con muchos años. Y adultos con pocos aunque ya babeen.

Tan solo una niña es capaz de acorralar a un soldado armado de hierros. Ella sabrá tratarlo mucho mejor que lo que él la trataría a ella si fuera llena de muñecos o balones.

El problema en Palestina es tan grave, tan enrevesado y complejo…, que es posible que solo lo puedan resolver las niñas. Bueno…, tal vez también los niños. Habría que mirarlo.

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La imagen es del Campo palestino de Refugiados de Ayda o Aida, a 2 kilómetros de Belén. Viven hoy cerca de 3.000 refugiados palestinos que vivían en pueblos destrozados por el ejército israelí entre 1948 y 1967. Un abrazo y un reconocimiento para la catalana del mundo Marisol Lara, que sabe perfectamente del dolor de lo inconcebible.