El belga René Magritte, pintor surrealista muy conocido,
jugó en este cuadro con la teoría de las ventanas, de los planos superpuestos,
que llevan al espectador a contemplar distintas historias en un mismo cuadro.
Este cuadro “La llave (clave) del campo” está colocado sobre tres
espacios diferentes. Como si contempláramos un cuadro dentro de otro cuadro,
dentro de un espacio que contempla un paisaje.
Es el espetados siente que está dentro de una habitación con
unas cortinas desde la que se ve al fondo un plano de una ventana con un
cristal roto, que deja ver una paisaje tras él. Todo como es lógico está
enmarcado en el cuadro final por una enmarcación exterior que aquí y ahora no
contemplamos.
El surrealismo juega con nosotros pues nos representa sueños inconscientes, pensamientos locos, formas de ver la vida que no se forman en nuestro consciente normal. Son cuadros de una refinada técnica pictórica pero como realizados por locos que tienen la mente rota y desviada. En realidad son grandes obras que nos plantean otra forma de ver e intentar entender lo que vemos, lo que nos rodea. Obras que crean mundos paralelos que no existen. O si existen los normales no los sabemos ver si no nos los enseñan los surrealistas.
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