Este retrato de Manuel Godoy que le hizo Francisco de Goya
con motivo de la Guerra de las Naranjas contra Portugal (1801) se conserva en
la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.
Un cuadro de gran tamaño (267x180 cm) fue un encargo del propio
Godoy que tras ganar a Portugal se vio como máximo exponente del poder
indiscutible en aquellos años, tras un Rey Carlos IV algo flojo.
En el cuadro vemos a un Godoy relajado tras la batalla,
arrogante y casi chulo, rodeado de soldados y caballos y con una bastón de
mando tras las piernas que se interpreta como un símbolo fálico de un personaje
que no tenía las simpatías de un Goya muy crítica con esta figura política de
aquellos años. Se interpreta a un Godoy que sabedor ya de que manda sobre todos
los españoles, se pasa a estos por el mismo lugar en el que él coloca su bastón
de mando.
Godoy está mirando las banderas portuguesas recogidas tras
la batalla, en posición de soldado cansado.
Esta guerra entre España y Portugal ocurrido entre mayo y
julio de 1801 en la frontera hispano-portuguesa, y es recordada con ese nombre
por el ramo de naranjas que Godoy envió a María Luisa al tomar la ciudad de
Olivenza.
Las banderas que contempla Godoy a la izquierda fueron
capturadas el 7 de julio de 1801. Godoy viste uniforme de Capitán General y
aparece sentado, aunque levemente recostado, portando en su mano derecha una
carta de papel posiblemente con el parte de la guerra. Gracias al triunfo en
esta batalla, Godoy obtendrá meses después el cargo de Generalísimo de los
Ejércitos; el personaje que aparece detrás podría ser su ayudante de campo, que
puede ser el Conde de Zepa.