Lo que observamos arriba es una teja adornada con dibujos infantiles, trazos libres realizados por un niño de 4 años con rotuladores en una superficie de barro. Aunque parezca simple, este trabajo merece nuestra atención en varios aspectos.
En primer lugar, destaca su capacidad de síntesis y el grafismo repetitivo de las ideas preconcebidas que tiene en su mente. Nadie crea, sin una base interior que lo motive y lo guíe.
El niño ha plasmado corazones, posiblemente uno por cada miembro de su familia. De uno de ellos emergen rizos amarillos y morados, sin profundizar en el significado, ya que lo relevante es lo que él desea expresar en su obra.
¿Podría considerarse esto como surrealismo infantil? La respuesta no está clara, ya que estamos hablando de un niño de 4 años. No debemos olvidar su edad.
Desde el mismo corazón, unos "hilos" curiosamente forman un arco iris. Aunque no lo mencione aquí, yo sí comprendo por qué es un arco iris; es una manifestación interna con raíces profundas y lo utiliza como un grafismo básico y personal.
La pregunta que planteo no es solo sobre la comprensión de por qué un niño dibuja de esta manera. Lo que me intriga es saber qué quedará de su percepción del mundo dentro de 15 años.
¿Cuántas veces cambiará su forma de expresarse durante este tiempo? ¿Por qué cambiará en un sentido y no en otro?
Su educación, ya sea de sus maestros, padres o entorno, lo modificará inevitablemente. El crecimiento implica cambio, la adquisición de ciertos modos y la pérdida de otros.
Crecer es ingresar en la vida de una forma y salir de ella de otra.
De este niño tan sensible, podría surgir un artista como Miró o alguien con una carrera completamente distinta, como un electricista. Podría ser un militar o un filósofo, un delincuente o un profesor universitario. Nadie lo sabe. Todo dependerá de sus experiencias acumuladas.
Hoy sabemos que este niño es altamente sensible; personalmente lo conozco y destaco su liderazgo innato, su capacidad para improvisar y su mundo interior completo y complejo.
No obstante, este niño será un niño por muy poco tiempo. Dejará antes de lo que nos gustaría, de ser un niño así, irá cambiando.
El arte nos permite apreciar quién es en este momento y continuará revelándonos su evolución a lo largo de su vida, incluso si abandona el Arte, ya que también será un indicio de sus decisiones.
Con el tiempo, su mundo interior cambiará, al igual que su enfoque en los dibujos, el arte, sus modos de expresión y sus percepciones. La educación modifica a las personas, pero no todos los modelos educativos son igualmente adecuados para cada niño.
¿Qué habrían pintado en su niñez figuras como Goya, Miró o Saura?
¿Cómo sería el mundo interior de Manuel Viola, Juana Francés o Pablo Gargallo cuando eran niños?
El arte y la creatividad nos ofrecen una ventana única para explorar la evolución de las personas y comprender cómo la educación y el entorno moldean su visión del mundo y su expresión artística a lo largo de la vida.
Julio M. Puente