21.5.12

The Michael Kohlhaas Curtain, de Stella y Calatrava, se vió en Zaragoza



El arquitecto español Santiago Calatrava, amante de las curvas en sus creaciones arquitectónicas y el pintor y escultor norteamericano Frank Stella, considerado el gran maestro del arte abstracto y precursor del minimalismo del siglo XX, que ha utilizado la pintura desde la década de 1960 como un medio para atravesar el espacio circundante, se han unido para realizar la obra 'Frank Stella and Santiago Calatrava: The Michael Kohlhaas Curtain', que se expone en España por primera vez en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano de Zaragoza. Se trata de una colaboración que se podía ver en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza desde mayo a diciembre de 2012.

La pieza “La cortina de Michael Kohlhaas” fusiona una de las obras monumentales de Frank Stella, un mural de 30 metros de largo y una tonelada de peso realizado en 2008 y que se presentó por primera vez en la Nueva Galería Nacional de Berlín, junto a una estructura-escultura de acero de Santiago Calatrava, diseñada con una forma atípica en arquitectura y en geometría, un toro que se convierte en imagen dentro de un anillo "una figura en armonía y equilibrio perfecto que se encuentra ya presente en la obra de Calatrava desde sus inicios"

Arte, literatura y arquitectura se combinan para formar una instalación con enorme energía que trasciende las formas tradicionales de clasificación artística.

En Zaragoza, debido a las dimensiones de la sala, se muestra ligeramente abierta por un lado para que el visitante pueda penetrar en ella "encontrándose en un refugio arquitectónico", de forma que la instalación "se convierte en una compleja y mágica experiencia espacial para los espectadores". 

Esta colaboración es una oportunidad para que los dos artistas, "que comparten una pasión por transgredir los límites e ir más allá, corroboren que la eliminación de las barreras entre diferentes disciplinas del arte puede crear una perspectiva artística única", han señalado desde el Gobierno de Aragón.

Stella y Calatrava son dos artistas que muestran gran interés por el movimiento y la austeridad en la obra de arte, "fusionan maravillosamente el barroco y el minimalismo" y son muchos los puntos que comparten más allá de su amor por Roma, por Picasso o por los puentes. 

Stella es un pintor-escultor que se ha sentido atraído por la arquitectura y el espacio desde los años 60 y utiliza la pintura "como medio para perforar el espacio a su alrededor". Paralelamente, las obras del arquitecto, pintor y escultor Santiago Calatrava poseen formas escultóricas cercanas a la anatomía humana y a las formas de la naturaleza como sucede en puentes suspendidos y edificios que se retuercen sobre sí mismos, como el famoso 'Turning Torso' de Malmö (Suecia).

Frank Stella y Santiago Calatrava se conocieron en 1990 cuando el artista americano fue a visitar la estación de tren de Saint-Exupéry que Calatrava estaba construyendo en Lyon (Francia). La colaboración surgió cuando Calatrava, a principios de 2009, visitó el estudio de Stella próximo a Nueva York. 

Allí vio 'The Michael Kohlhaas Curtain', un gigantesco mural de colores, inspirado en la novela 'Michael Kohlhaas', del escritor alemán Heinrich von Kleist

Stella, gran amante de la cultura alemana desde su época de estudiante al igual que Santiago Calatrava, escogió este relato de rebeldía "por su sorprendente modernidad, dinamismo y las posibilidades narrativas que encierra para trasladarlo a la pintura", han relatado las mismas fuentes. 

Al verlo, Calatrava pensó en una de las claves de la obra general de Frank Stella, la tensión de los límites y el problema del marco de las obras pictóricas, una cuestión sobre la que Calatrava realizó su tesis doctoral en 1981 y cuyo punto central era cómo las formas lineales pueden adoptar la tridimensionalidad. 

Tras este encuentro, ambos concluyeron que Calatrava resolvería esta cuestión en la colaboración, creando una delicada estructura arquitectónica en forma de toroide, con múltiples redes, "de gran simpleza visual y enorme complejidad técnica" y en ella se insertaría el mural de Stella "quedando sujeto y suspendido en su interior". Luego, en un gesto arquitectónico, el conjunto se situaría elevado del suelo.