23.2.20

El grafismo de un niño de 3 años, es arte primitivista

Tengo la posibilidad de observar a veces al hijo de una amiga de tres años que va evolucionando de una forma muy abierta y llena de motivaciones, y me estoy quedando con esa parte de su desarrollo más atractivo para mis ideas artísticas, donde el iniciarse a escribir me parece el primer paso que camina en busca de la expresividad, de la cultura, del arte expresivo. Su primera herramienta tras su cerebro son sus manos.

No sabe leer ni escribir, como es lógico. Ni nadie le está enseñando a leer ni a escribir. Pero el niño tiene numerosos cuentos y libros clásicos que sus padres le cuentan y con los que él juega. Es decir, verlos los ve, los toca, los observa.

Los textos ya sabe que forman parte del libro, de la expresión, aunque no es capaz de expresarnos qué son para él las letras, o qué diferencia tienen para él las letras de los dibujos. Pero sabe que son distintos y que expresan "otras cosas".

Él sabe dibujar, se va adentrando en el mundo de intentar copiar lo que ya conoce, lo que ve. Sean árboles, paisajes o el mundo que le rodea. Y en ese mundo sabe que hay "letras", signos, elementos "raros" que se ponen uno detrás de otro y que aparentemente "dicen cosas".

Así que es lógico que un niño antes de aprender a escribir, cuando ya se inicia en el juego del dibujo, empiece a querer escribir letras, a inventarse sus alfabetos de signos "raros".

Si observamos estos grafos de arriba, veremos que en alguna medida se asemejan al grafismo prehistórico, incluso a grafismo de los íberos o de los egipcios. Lo curioso es que el niño dice saber qué ha puesto allí y se lanza a contarnos una historia de esos grafismos. Pasados unos días es casi seguro que él contará otra historia distinta, pues no creo que sea capaz de recordar lo que quiso decir, o de asimilar esos rasgos primitivos con un significado que se mantenga en su memoria.

Pero de todas las formas es una primitiva forma mental de crecimiento artístico, de expresión, de dominar su mano, de saber utilizar la herramienta de la mano para expresar algo. Un inicio claro del ARTE más primitivo.