4.2.20

El arte es un idioma para explicar la historia de la humanidad

El ARTE es un idioma, una forma de hablar, de comunicar, una manera de expresión que desde hace miles de años han ido utilizando las diversas sociedades para explicarnos “cosas” de su momento vital. 

A través del arte conocemos parte de toda nuestra historia e incluso en algunos momentos de ella es (casi) lo único que nos ha quedado para intentar entender qué eran, qué pensaban las personas anteriores a nosotros.

Por eso el arte es fundamental para conocer la historia de la humanidad. Y por eso los artistas tenemos la obligación de conocer la Historia del Arte pues sin saber lo suficiente de ella nos podemos perder a la hora de intentar seguir hablando, seguir comunicando.

En el arte como en cualquier otra forma de comunicación hay que intentar ser novedoso, explicar algo nuevo o desde otro punto de vista o con otros símbolos. 

O simplemente adaptado a la particular forma o manera de expresión de un momento dado en la historia de la humanidad, es decir, (para nosotros) en el nuestro. En nuestro presente.

Pero a su vez, además de expresarnos en el presente, debemos conocer bien todo el tipo de grafismo que en nuestro “hoy” se utiliza para expresarnos. No para copiarlo, no para seguir por el mismo camino de expresión, sino para elegir y decidir.

En todos los tiempos de la humanidad se han ido encontrando nuevas formas de expresión, y esos cambios los han realizado personas que tras conocer lo que ya se hacía, decidieron modificar procesos, formas, expresiones, bases o lienzos, buscando cambios que fueron abriendo nuevos caminos.

El trabajo de cada uno de los que hablamos con el arte es fundamental para abrir o cerrar caminos, y admitiendo que es posible haber perdido algunos de esos intentos en la historia de la humanidad, sin duda han quedado los mejores o los que más suerte han tenido para mantenerse, y con ellos han (hemos) escrito la historia de la humanidad.

La obra que vemos arriba es un “San Gil Penitente” del artista italiano Paolo de Matteis, de finales del siglo XVII o principios del XVIII. Fue discípulo de Luca Giordano. La obra se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San FErnando en Madrid.