21.8.22

Una esquina de Anzánigo en Huesca


Aquella esquina me quiso esquivar pero la atrapé de soslayo. Era una noche tranquila, de mosquitos, de poca luz si no hubiera sido por la farola. Pero fue suficiente para quedar como cazada en espera de poder pasar por el laboratorio digital. Los paisajes ya, en estos tiempos, son también jugados a jugar.