16.3.23

Jean-Michel Basquiat y los inicios comerciales del arte callejero


Mirar con calma la imagen de arriba, la obra de Arte de arriba.
Sí, cierto, creemos todos que hemos visto paredes así, pintadas de forma aleatoria, en decenas de lugares de nuestra ciudad. Parece un caos, parece basura manchando paredes, puertas y calles.

Pero nos equivocamos.

Otra cosa es saber por qué nos equivocamos.

Esta obra está en el Museo Guggenheim de Bilbao, que es posible que eso tampoco os diga nada. Que no sea un detalle a tener en cuenta, pues sois muchos los que opináis que en los Museos hay muchas mierdas escondidas. Y a veces, sí, podéis tener razón.

Pero este cuadro doble tiene un valor tremendo, muy alto. Podría tener un valor entre 30 y 80 millones de euros. En realidad hasta que no se subastan no es sencillo ponerle precio a una obra de este tipo. Única.

El del grafitero y artista neoyorkino Jean-Michel Basquiat sobre el que muchos marchantes habían puesto la esperanza de que se fuera a convertir en un Picasso americano. Murió con 27 años por sobredosis.

Empezó en el submundo de New York pintando trenes con el artista Al Díaz con quien formó el Grupo SAMO (sigla de SAMe Old shit, es decir, "la misma mierda de siempre"), con el que ambos firmaban la obras de calle.

Pero supieron arrimarse a sus trabajos, a su inteligencia social y artística, personas que en aquellos años empezaban a despuntar como Madonna o Andy Warhol. Eran los tiempos —finales de los años 70 y años 80, finales de la Guerra Fría— en los que desde EEUU se deseaba impresionar al mundo en todos los campos culturales, musicales o artísticos.

Esta obra de arriba, titulada "El hombre de Nápoles" y realizada en el año 1982 en acrílico sobre madera utilizando algunos collages, es un ejemplo de los inicios de un modelo de Arte que todavía continúa entre nosotros, por nuestras calles de todo el mundo. No les damos valor, pero en cambio sí hemos tenido otros ejemplos, de los que bebe el Art Street, que por ser pioneros, sí lo tienen y mucho.