4.4.22

Sumi-e o suibokuga, arte oriental hecho con tinta


El sumi-e o suibokuga, dibujos realizados con tinta tuvo su origen en China hace unos 1.400 años aunque su máximo esplendor rondó los siglos X al XIV que es cuando salió de China y se instalo en Japón de la mano de los monjes budistas Zen, haciéndose muy popular y creciendo en calidad y tradición, alcanzando su máximo exponente entre la sociedad del siglo XVI.

Normalmente se utiliza solo tinta negra que se flota sobre una piedra que hace de especie de lija y el polvo resultante se mezcla con agua hasta obtener grises o negros. Pero ahora ya es muy habitual utilizar tintas rojas y de otros colores.

El pincel en un principio era de pelo de conejo, tejón, ciervo, cerdo o incluso pelos de los bigotes de ratas, atados a un mando de caña de bambú.

Se pinta a pulso, a mano alzada sin apoyar la mano en el papel ni usar apoyos de madera y de una forma muy rápida para —dentro de la seguridad del trazo— lograr viveza y espontaneidad.

Son pinturas simples, casi siempre de naturaleza, reflejando el espíritu del artista en sus composiciones y en donde los vacíos, los blancos, tienen la misma importancia que el color, que la mancha. Se realizan en materiales muy alargados que luego se enrollan o se enmarcan.

La imagen que dejo es del artista japonés Kousei Takenaka y no es un sumo-e puro pues emplea algo de color en ciertos ejemplares. El original tiene bastante más blanco, papel, tanto por arriba como por abajo, lo he recortado para ver mejor los detalles de la obra.