15.6.19

Hombre orejudo en el románico francés

En el arte religioso es muy difícil saber las motivaciones reales que llevaron a cada artista a crear monstruos o personajes secundarios en fachadas o claustros que ahora nos sorprender. Alrededor del exterior de los templos se solía en el románico poner figuras de los ciudadanos del lugar, simples vecinos que o bien habían aportado ingresos para la construcción o el mantenimiento o eran figuras locales muy reconocidas.

Ese podría ser el caso de esta figura de grandes orejas en la catedral de Saint Nazaire en Carcassonne (Francia).