9.2.13

Vitoria Gasteiz rosa con verdes y amarillos

No era Japón aunque podría, era simplemente un parque bien cuidado, un lugar de color en Vitoria para soñar olvidándote que a veces observamos menos colores de los que necesitamos para continuar por nuestro camino. 

Aquellas hojas eran casi granates, era un otoño cualquiera en donde el frío todavía no molestaba. Aquellas hojas cuando decidían caerse al suelo dejaban sobre el árbol su color rojizo y caían amarillas tostadas, pero no marrones, pues deseaban mantener el vivo color, la belleza y la fuerza del color oro.
Los verdes vecinos le envidiaban, pero sin darse cuenta que para manifestarse maravilloso con un rojo granate, es necesario tener a su vera un verde potente que les entrega variedad y contraste. Sin el verde, aquel parque no sería tan bonito.