18.7.23

El Lavatorio de Jacobo Tintoretto



Esta grandísima obra está en el Museo del Prado. En el año 1547 la Escuela del Santísimo Sacramento de la iglesia de San Marcuola en Venecia encargó a Jacopo Tintoretto la obra El Lavatorio. Estas «scuole o escuelas» estaban dedicadas a fomentar el culto a la Eucaristía, y en sus reuniones, el guardián ofrecía a los cofrades agua bendita, imitando el gesto de Jesús al lavar los pies a los apóstoles. 

Esta exaltación de la humildad era recurrente en textos devocionales, cuya recreación del lavatorio es más evocadora que el relato evangélico (Juan, 13, 12-15), que no dice que los apóstoles introdujeran los pies en una jofaina, o que el paño utilizado por Cristo fuera blanco en alusión a su pureza; lo que sugiere un conocimiento del texto de Avetino por Tintoretto, que en 1545 había pintado para el escritor. 

El lavatorio muestra la afinidad de su autor con los «poligrafi», escritores populares que asumían un distanciamiento irónico de la alta cultura, perceptible en la confluencia de una profunda religiosidad con situaciones no exentas de humor, como el esfuerzo de algunos apóstoles por desprenderse de las calzas. 

El lavatorio es fruto de un concienzudo proceso creativo. Tras trazar el escenario, Tintoretto introdujo los personajes pensando en el punto de vista del espectador. 

Ello explica que, si bien al contemplar frontalmente el lienzo los personajes aparecen distribuidos aleatoriamente, la impresión cambie al mirarlo desde la derecha, desde una posición similar a la de la feligresía en San Marcuola. 

Un excelente trabajo que buscaba que su obra fuera agradable para los espectadores que al ser una obra grande, la tenían que contemplar desde diferentes ángulos. Son casi 5,5 metros de anchura.

Desaparecen mirando la obra así, los espacios muertos que se ven excesivo entre las figuras al ver la obra de frente y el cuadro se ordena a lo largo de una diagonal que, partiendo de Cristo, prosigue por la mesa en la que aguardan turno los apóstoles para acabar en el arco al fondo del canal. 

Ello explica además la ubicación de los actores principales de la escena, Cristo y San Pedro, en el lateral derecho del lienzo. Hay que tener en cuenta que eran obras de encargo y que se adaptaban a los espacios en donde se iban a colocar.

El lavatorio ilustra la nueva concepción espacial que irrumpió en la pintura veneciana en la década de 1530 por influjo del manierismo toscano y la presencia en Venecia de Sebastiano Serlio, de cuyo Secondo libro di perspettiva (París 1545) derivan el fondo arquitectónico y el despiece octogonal del pavimento.

Nota.: El texto es casi copia del que tiene el Museo del prado en su web.