23.9.15

La otra opción es no viajar, pero más aburrida

Nuestro primer día fue maravillosamente atrevido. Creímos y sin equivocarnos que todas las gentes eran buenas y agradables. Era la única manera de ser feliz en aquella tierra de la Edad Media y soñar que habíamos volado hacia el tiempo pasado. Un taxista nos llevó a un barrio que según él no era visitado por los turistas. Y efectivamente parecía que allí solo estaban ellos y nosotros. Muchos de ellos y solos nosotros dos. Nuestros ojos estaban más que abiertos. Y de esa manera aprendimos a ser atrevidos y a fiarnos si se viaja. La otra opción es NO viajar.