18.5.23

El artista simplemente transforma lo que ve y nos lo manda ya cambiado


Tenemos que insistir, los que estamos cerca del Arte, que simplemente todo lo que creamos es una manera de mirar, una forma de ver, que es algo distinta al resto de personas. 

El Arte no es solo algo que resulta totalmente transformador de las realidades, sino muchas veces se trata de que con unas formas de ver lo habitual, lo pasamos por nuestra particular experiencia y forma de ver y lo cocinamos mentalmente para luego entregarlo.

El artista simplemente transforma lo que ve, aquello que lo primero que hace es mirarlo y seleccionarlo, y tras pasarlo por su forma de entender los elementos, lo transforma en "otra" cosa que es lo que nos enseña a nosotros, los espectadores. Casi siempre es así de sencillo, aunque a veces sea duro para el artista.

¿En qué se fija un artista?

Un Artista mira por nosotros algo que de entrada es normal, simple; lo transfigura, lo cambia, y nos lo devuelve desde su punto de vista. Y eso puede ser un sentimiento, una acción, un paisaje, unas personas, una escena, un escrito, unos sonidos, unos movimientos.

Lo hacen los músicos con sus sensaciones que transmiten tras digerirlas, los pintores con sus interpretaciones de lo habitual, los fotógrafos seleccionando y recortando escenas, los escritores adornando historias con personajes y ambientes, los actores mintiéndonos con personajes que se los creen pero que no son ellos.

Todo existe ya, todo se puede mirar y ver desde cientos de ópticas, pero cada artista le añade o le resta su propio punto de vista mental, para entregarnos algo distorsionado. Posiblemente, maravillosamente distorsionado.

Por eso no es capaz de ver igual un artista africano del siglo XXI, que un europeo del siglo XIX o un americano del siglo XX. 

Les/nos afectan los tiempos, miramos y vemos con arreglo a lo que en esas épocas era/es lo habitual. 

Luego, cada artista, lo cocina en su cabeza y nos lo entregan. Pero todo está pegado y encerrado a un tiempo y a un artista original. 

Joan Miró no dibuja tonterías fáciles, reinterpreta distorsionado lo que se imagina. Construye escenas con su propio idioma visual, se las imagina y nos las entrega. A él muy posiblemente le importaría poco lo que opináramos un siglo después de haber terminado sus obras iniciales. Hacía lo que le salía desde dentro en aquellos tiempos. Y como él, todos los demás artistas.