9.9.25

Francí Gomar y un retablo aragonés del siglo XV


Esta estructura en alabastro rosa, que se extiende a través de cinco partes en horizontal y en dos niveles en vertical, fue encargada por don Dalmau de Mur y Cervelló, arzobispo de Zaragoza de 1434 a 1458, para un altar en la capilla del palacio arzobispal. 

El nivel superior (destinado como base para soportar el retablo o retablo) contiene cinco escenas: San Martín o Tours dividiendo su capa con un mendigo, y Cristo apareciendo a él en un sueño (paneles izquierdos); el descenso del Espíritu Santo (panel central); y Santa Tecla escuchando la predicación de Pablo (panel del lado más a la derecha), y después de su conversión, siendo salvado por la intervención divina del fuego ardiente (segundo panel desde la derecha). 

Este retablo es el que veremos más abajo.

Cada uno de los dos paneles exteriores en la parte inferior izquierda (o pedestal) muestra una figura barbuda que lleva el escudo de armas del arzobispo. El escudo central del altar reconstruido, adornado contra una cruz, representa el Arma Christi (los instrumentos asociados con la Crucifixión).


La estructura está hecha de alabastro, una piedra suave pero compacta con un brillo translúcido. La facilidad para trabajar este material permitió al escultor, Francí Gomar, crear muchos detalles exquisitos. 

Solo quedan unos pocos rastros de la pintura original y el dorado, que cubría todo e conjunto. Según un contrato de 1458, el pintor Tomás Giner (activo en 1458-80) recibió el encargo de pintar y dorar paneles destinados a colocarse por encima de la predella. 

La inusual combinación de retablos pintados con una base de alabastro puede haber sido una medida necesaria para acelerar la finalización del conjunto antes de la muerte del arzobispo. Todo el conjunto se hizo en Zaragoza y mide algo más de 4,5 metros de anchura.