Sin duda el Arte es un Placer, admitiendo que hay muchos tipos de placeres. Y por eso mismo, el Arte Moderno es un Placer Moderno. Y como todos los placeres, cada uno lo entendemos y lo practicamos de una manera ligeramente diferente. Nadie practica sexo igual a otro, hay muchas maneras de disfrutar de unas buenas viandas, de un vino al gusto de cada uno, de un paisaje o un viaje hecho a nuestro propio gusto tanto por el lugar como por el tipo de mochila o su duración.
El Arte Moderno es un Placer Moderno, y el Arte Antiguo es un Placer sin adverbio de tiempo. Se puede disfrutar del placer de un Arte Egipcio, prehistórico o de la Edad media. Se puede uno encantar con un Arte de Etiopía o con uno de Uruguay. Depende de cada uno de nosotros.
Curiosamente el Arte es una fuente de placer tanto para quien lo crea como para quien lo contempla.
Diversos estudios científicos han demostrado que la contemplación de una obra de arte que nos gusta (vete a sabr por qué motivos) nos provoca una respuesta física y emocional en el cerebro muy rápida ya que en tan solo 10 segundos, se produce un aumento inmediato del flujo sanguíneo en las zonas cerebrales relacionadas con el placer, similar a la sensación de estar enamorado.
Este efecto ocurre incluso en personas sin conocimientos previos de Arte, lo que indica que el placer estético es una experiencia universal y accesible para todos.
¿Cuál es el motivo de este cambio en nuestro organismo?
Intentar explicarlo sería tanto como entender qué nos mueve hacia el segundo o segundos de los orgasmos y luego explicarlo de forma expresiva. Cada uno de nosotros intentaríamos explicar qué hemos sentido tras un orgasmo, de una manera muy diferente. No, lo sé, ver una obra de Arte no es tener un orgasmo.
Tomar una copa de garnacha bien cuidada tampoco. Como tampoco todos los orgasmos son iguales ni de intensidad ni de forma.
El arte también puede provocar otras emociones como inquietud, tristeza o reflexión, y su valor no se limita únicamente al puro placer que produce. A lo largo de la historia, la importancia del placer en el arte ha variado, y en algunos periodos se consideraba secundario frente a otros valores, mientras que desde el siglo XVIII el placer subjetivo del espectador ha cobrado un papel central en la apreciación artística.
Placer estético, emocional, sensorial, intelectual, expresivo, complaciente con nuestras formas de pensar, incuso como elemento que refrenda la idea del autor que ya teníamos antes de verlo.
El Arte es, para muchas personas, una fuente de placer sensorial, emocional e intelectual, pero su riqueza y profundidad van mucho más allá de esta experiencia, abarcando también la capacidad de transformar, cuestionar y enriquecer nuestra relación con el mundo.
Creo que el Arte puede transformar el mundo, o el mensaje con el que nos comunicamos con ese mundo.