2.5.25

Goya y el IX Duque de Osuna, Pedro Téllez Girón


Francisco de Goya además de un tremendo artista y visionario de sus tiempos, fue un trabajador incansable en múltiples facetas artísticas a lo largo de su vida. No hay un Goya sino varios.

Hoy os dejo un retrato del Duque de Osuna, Pedro Téllez Girón, el IX Duque de Osuna a cuya familia le hizo varias obras por encargo, un Goya que en esos años se dedicaba precisamente a las obras particulares que eran en realidad trabajos como si de un estudio fotográfico se tratara.

Esta obra pintada sobre 1799 (hay dudas sobre la fecha pues en algunos casos incluso la colocan después de la muerte del retratado) y de algo más de un metro de altura, al óleo sobre lienzo, viene firmada en el papel que el protagonista sujeta en la mano. 

El Duque de Osuna era un hombre de gran influencia en aquel Madrid que se movía entre la incapacidad política y el crecimiento de las Artes.

Es una de las pocas obras de Goya en las que el retratado mira de perfil, no de frente, pero en la que se sigue trabajando esa facilidad que tenía Goya de presentarnos con su pintura los rasgos de la personalidad de sus clientes. 

En este caso ambos se conocían bien, era una relación amplia entre los dos pues el Duque le había encargado antes casi una treintena de obras diversas.

Es una obra para su uso particular y familiar (una de las grandes familias de la España del siglo XVIII), que representa lo que había sido la casa de Osuna desde tiempos pretéritos:una familia que representaba la seguridad, el mando y la decisión política. 

Por eso se refleja en el cuadro a Pedro Téllez como un hombre que tiene poder, con un bastón que lo simboliza y una mirada llena de seguridad en sí mismo.