18.7.22

A veces hay que esperar para no tener que esperar

 


¿Esperar? ¿Esperar a qué? 

Paseaba por un parque cuando me asaltaron las dudas, yo mismo me pedía esperar, no dar todavía el salto, no darle forma al cambio. 

Era esa la duda. Ni sabía por qué tenía que esperar, ni sabía con claridad a qué tipo de cambio deseaba enfrentarme.

Sin ninguna duda, no era el momento, tenía que madurar algo más cualquiera de las dos opciones.

Esperar un poco era lo que mejor podía decidir en esos momentos.