9.8.25

Se nos degrada la memoria hasta convertirse en basura


Soy de los pocos que consideran la basura (a veces) como una posible actividad artística, como un posible producto final que tiene un punto de vista artístico. Debería explicarme mejor, pero sé, que por mucho que lo intente es imposible que se llegue a entender bien.

La basura en sí misma es simplemente basura, pero dentro de un contexto, de un encuadre, de un espacio determinado, puede ser mucho más. O al menos "algo" más.

En realidad la basura antes de ser considerada basura, era "algo" mucho más valioso, pues debemos pensar que alguien pagó una cantidad de su economía por tener esa actual basura cuando no era basura. 

Todo se degrada hasta convertirse en otra cosa y a veces a eso le llamamos basura. Las personas también nos degradamos, así que… ¡cuidado con llamar basura a lo que envejece o se degrada! Hay que buscar otros conceptos.

Esto que vemos arriba fue un cartel contra la guerra del Vietnam. La fotografía es de hace dos años. Ya muchos de vosotros no sabéis ni lo que fue la guerra del Vietnam ni lo que supuso. A vuestros hijos o nietos les sucederá lo mismo con Gaza o Ucrania.

Sí, tranquilos, seguís en un lugar preparado para hablar de Arte.

La duda que os planteo es, si en esa transformación de "algo" en basura, no se puede dar la paradoja de que se convierta en Arte. 

Cambia el mensaje, su forma, sus colores, sus contrastes, ya casi no dice nada de lo que estaba destinado a decir. Pero podría decir otra cosa.

La degradación logra convertir algo en "otro" algo. 

En este caso podría ser una representación muy real de nuestra memoria.

Ya casi nadie sabe qué fue la Guerra del Vietnam, y por eso mismo, ya casi nadie sabe qué quiere decir esta imagen, esta cartel. 

Se nos olvidan los dramas, las realidades, a la vez que se caen los trozos de papel con sus textos. Es como nuestra memoria, que va perdiendo trozos hasta hacerla ininteligible. 

¡¡Uff!! qué palo os he dado.


Kim Uchiyama y sus geometrías de color


Voy a dejar los nombres de algunos artistas para que cada lector vea si le interesa o no los nuevos caminos que desde sus obras parecen haber emprendido.

En un mundo cada vez más ansioso y acelerado, la estética minimalista emocional tiene muchas posibilidades de consolidarse porque ofrece un refugio visual.

No es escapismo hacia la nada o el vacío o la calma, es una pausa consciente, un recordatorio de que en lo simple también puede habitar lo profundo.

Y es bueno que vayamos conociendo a algunos artistas que parecen abrazar en sus trabajos esta variedad de opciones artísticas.

Podemos buscar obras suyas y empezar a reflexionar sobre lo que creemos que puede ser el camino de futuro emprendido por el Arte, o al contrario, una forma personal de trabajar que no será capaz de crear escuela, de imponerse.

Kim Uchiyama

Tenesh Webber

Xanda McCagg

Sergej Jensen

Sarah Cain

Nathan Hylden

Agnes Martin

Serge Alain Nitegeka

Arriba podemos ver un ejemplo de la obra de Kim Uchiyama, creada en el año 2024. Geometría pura, colores no tremendamente estridentes, pero buenos contrastes y tal vez incluso exceso de formas. personalmente me sobran las dos manchas verticales de color ocre.