11.7.18

¿Quién escribe realmente el libro, el lector o el escritor?

Un libro, una novela sobre todo, un relato, es único mientras no se lee, mientras no intervienen los lectores. El escritor lo crea y lo diseña de una forma clara, sin que falte un detalle. 

Sabe perfectamente todo de sus personajes, de los ambientes, de las escenas. Pero…, pero en cuanto ese libro es abierto y alguien se dispone a leerlo todo se desmorona y cambia. El libro coge vida propia por culpa del lector y se transforma en cada ejemplar en un elemento único.

El libro se convierte en cientos de libros diferentes, cada lector construye en su mente el libro, define los personajes y los decorados, incluso las historias, las entonaciones, los rostros y los gestos de los protagonistas. Todo se escapa al control del escritor creador. Y cada historia cobra vida propia en la imaginación del lector.

Daría igual si el escritor creador ha sido capaz de una definición contundente de los escenarios, de los detalles. 

Cada lector se los imagina como él quiere, da más o menos importancia a unos sobre otros, prioriza unas escenas sobre otras, se motiva de una manera o de otra con las palabras que lee, con los diálogos que expresan los personajes. Todo cobra vida con arreglo a lo que quiere el lector.

El escritor lo sabe, lo sabemos. Algunos empleamos una técnica o truco que solo nos sirve a nosotros

Cuando empezamos una novela buscamos imágenes de los personajes que estamos creando, imágenes reales de revistas o por internet. Y las tenemos a mano en nuestra carpeta de personajes. 

Cuando dudamos de una acción buscamos el recorte del personaje, lo miramos y le preguntamos. Y ese impreso o ese recorte habla, sin duda, y nos dice qué haría él si estuviera vivo en la escena que se nos atasca.

Pero esos recortes, esos personajes de papel no sirven de nada en el momento en que el libro sale a la venta. A partir de ese momento los personajes imaginarios los crea el lector. 

Y eso es lo maravilloso de la ficción en la literatura. Que incluso el mismo libro, leído una década después, nos puede decir otras cosas, contiene otras escenas y otros personajes. Un libro siempre está vivo. 

¿Cuantos Quijote existen en el mundo? No se sabe.