20.1.18

El dibujo y la relajación van unidos

Los niños nacen con un instinto natural para garabatear y en cuanto se les entrega algo que “pinta” y un soporte, se ponen a “crear” líneas, trazos, manchas. Realmente están creando, se dan cuenta de que son capaces de “hacer” algo que no existe, que no está, y que son ellos los que lo están creando.

El dibujar o hacer rayas o garabatos, relaja. 

Todos hemos tenido ocasión de observar adultos que siguen empleando el dibujo como casi una terapia de relajación, de tranquilidad. Incluso es normal entre adultos que en momentos de tensión como pueden ser unas negociaciones, alguno se ponga a dibujar, a realizar figuras geométricas sobre un papel, o a sentir la ayuda de un lápiz o un bolígrafo en sus manos.

Lo contrario de estos tiempos tan hiperactivos, de tantos “clic” constantes, es precisamente la vuelta a la tranquilidad, a la cocina para amasar pan o a pintar con las manos sobre ua tela o una piedra. Puede parecer un cambio excesivamente brusco, pero funciona. Para desconectar necesitamos volver a la naturaleza, a lo simple, al encuentro de nuestra capacidad de tocar y sentir.

Déjate llevar por tus propias manos, dirigidas por tu cerebro. Ayuda a deslizarse el lápiz por un papel, con suavidad, buscando “algo” que puede ser un paisaje, un árbol seco, una marina, un trozo de pan, un pl´´tano o un dibujo geométrico. Forma figuras y verás como en esos instantes solo estás pensando en dibujar, en lo que están creando. Daría igual si tras este ejercicio, lo arrugas y lo depositas en la papelera. Lo importante es que lo has creado, relajándote mientras lo hacías.

Y el truco está en que mientras lo estaban realizando no pensabas en otra cosa. Era una dedicación plena. Tu atención era completa y sencilla. No te ha requerido un gran esfuerzo. 

Te has relajado haciendo meditación simple e íntima.

Nota.: La obra es del artista belga Henri Michaux del año 1961. Sobre papel ha utilizado tinta china para el dibujo y aguadas para las pequeñas manchas de color.