25.6.22

Torrellas: Sabotaje al montaje. Arte de Matías Mata


Hace años, cuando la explosión de grafiteros inundaba las calles de España, el comentario generalizado era definir a las pinturas como vandálicas, sucias y hechas por gamberros sin arte. Considero que hay arte en los graffitis, también es cierto que depende del talento del artista, de su contenido social, ubicación y, como ocurre con cualquier manifestación artística, de lo que conmueva al espectador. No siempre se reacciona igual y esa es la grandeza del arte.

Matías Mata tiene arte en sus graffitis. Firma sus obras con un contundente, Sabotaje al montaje. Reinvindica su origen canario y siento aprecio por él por quedarse en las islas frente al canto de sirenas de la capital madrileña. Así que me llevé una sorpresa cuando en una de mis salidas por tierras moncaínas me encontré con una obra suya. 

Torrellas, para quien no ha estado, tiene graffitis de variada temática y técnica. Ya había fichado a la mayoría, por eso mi sorpresa al ver a las afueras del pueblo en una nave este trabajo suyo. Porque hacía calor y no era cuestión de estar ahí parada, pero ver a esos dos bebés sonrientes me sacudió por dentro. Hay tanta vida, alegría en esas caras que contrasta con el secarral en donde está ubicado. Ese globo azul solitario, lejano es la representación, esto es cosecha mía claro, de la despoblación de unos pueblos que gracias a estos proyectos se posicionan hacia el exterior.

Porque como dice Matías Mata.: El graffiti no estropea nada, se pinta sobre lo que está estropeado: muros abandonados, casas antiguas... lo único que hace el graffiti es llamar la atención, decir: mira, esto aquí está abandonado. Vamos a mirarlo así. 

Para el artista hay cosas más vandálicas en la vida como los préstamos, los casinos en la calle al lado de los colegios...

Disponer en los espacios públicos abandonados de este arte debiera ser de obligado cumplimiento. La sociedad es un montaje que hay que sabotear y Matías Mata lo hace con cada pincelada que da.

Olga Neri