23.9.25

Un Mundo en Crisis: La Responsabilidad de Nuestra Generación en el Otoño de 2025


El mundo que habitamos en el otoño de 2025, el escenario mundial actual, es un lugar considerablemente más peligroso que en años anteriores, y sin duda, más complejo que al inicio del siglo XXI. La responsabilidad de esta peligrosa deriva recae directamente sobre nosotros. No sobre las generaciones pasadas ni las futuras, ni sobre nuestros padres o abuelos, ni sobre nuestros hijos, sino sobre la nuestra.

Asumir nuestra parte de culpa es un ejercicio personal, a menudo silencioso. Sin embargo, todos hemos contribuido a esta situación, ya sea por acción o por omisión: por callar cuando debíamos hablar, por mirar hacia otro lado ante la injusticia o por validar con nuestro silencio discursos vacíos.

La contribución individual a esta crisis global puede ser un debate interno, pero la realidad es que la inacción, el silencio cómplice y la pasividad han sido factores determinantes. Desde la indiferencia hasta la validación de la desinformación, cada gesto cuenta.

Hoy, el panorama global se asemeja a un campo lleno de cactus de todas las formas y colores. 

Son un símbolo de las tensiones actuales: peligrosos al tacto, representando conflictos de todas las edades y nacionalidades que nos hieren si nos acercamos demasiado. Conflictos de todo tipo (sociales, políticos, culturales) que, al igual que las espinas, causan dolor al mínimo contacto.

A pesar de este presente espinoso, la historia nos enseña que todo cambia. 

Saldremos de esta crisis, aunque el mundo que conozcamos después no sea el mismo. Mientras tanto, nuestro compromiso es intentar explicar esta compleja realidad desde los pocos espacios de libertad que nos quedan, con la mayor claridad y honestidad posible. La misión es analizar y comunicar lo que sucede, aprovechando cada plataforma disponible para ofrecer una perspectiva clara y fundamentada mientras sea posible.