19.5.25
La delicadeza no es debilidad en un tatuador
No hay que dejarse engañar, la vida tiende a compartimentar todo, a empaquetarlo, y eso a veces nos confunde la facilidad con la que vemos el resultado que nos ofrecen.
Un niño o una señorita suave y débil puede ser la mejor tatuadora de un marinero robusto y aguerrido.
La delicadeza de una persona a quien podemos equivocadamente considerar débil, no está reñida con la profesionalidad y menos todavía con el arte de la creación.
Yo nunca emplearía mi piel como lienzo ajeno. Creo. Pero me pongo Tatoo de usar y pegar para luego lavar y quitar.