27.9.21

Édouard Manet: El pintor de la vida moderna. Almuerzo sobre la hierba


No todos los pintores impresionistas de sus inicios han logrado en la actualidad la misma fama con sus obras, y este cuadro titulado Le Déjeuner sur l'Herbe o Almuerzo sobre la hierba del francés Édouard Manet, pintado en el año 1863 sería un ejemplo de que la fama se mueve con los tiempos y los años. Fue una obra de gran crítica y rechazo en sus inicios, pues no se entendía que una mujer estuviera totalmente desnuda delante de dos hombres, todos ellos tumbados en el campo. Era un poco como una estampa pornográfica para aquellos años donde todo estaba permitido, pero no todo se podía mostrar a todo el mundo.

La mujer que nos mira a los espectadores es la modelo de Édouard Manet llamada Victorine Meurent que pone el rostro mientras que se asegura que el cuerpo es mucho más parecido al de la esposa del pintor llamada Suzanne Leenhoff

Los hombres son el hermano del Édouard Manet y el escultor Ferdinand Leenhoff que era hermano de su esposa. Incluso la modelo del fondo es reconocible como Alexandrine Zola la esposa posterior a esta fecha del escritor Émile Zola.

Es otra visión fotográfica de un escenario casi de estudio, de un paisaje que se representa como si fuera una fotografía en cuanto a iluminación y formas que simulan un bodegón con personas. Es una obra grande de 2,65 metros de anchura hecha con pinceladas gruesas y casi nada difuminadas. 

Curiosamente la obra además de un bodegón con frutas, la ropa de la modelo por el suelo, una barca algo desproporcionada contiene un pájaro en lo alto y una rana abajo a la izquierda que casi no se logra ver. Una ave volando que parece simular al Espíritu Santo y una rana que representa a las mujeres libres de la época que iban de fiesta en fiesta por las noches parisinas.

Esta obra ha sido replicada por muy diversos autores desde entonces, buscando otros puntos de vista y con otras técnicas o modos. Desde Picasso a Monet, desde Alain Jacquet a J. Seward, de este picnic campestre que tanta sensibilidad movió en aquellos años. Pero el primero fue Édouard Manet, al que se consideraba "El pintor de la vida moderna".