16.9.25

El Arte siempre debe explorar y crear algo que antes no existía?


El arte no tiene la obligación de inventar siempre lo inédito, de explorar lo desconocido para plantear temas o técnicas o idiomas que nunca antes se habían planteado; tiene la obligación de decir algo con sentido. Y ese "algo" depende muchas veces de los momentos en los que se crea. 

No es lo mismo hablar o expresarse en el siglo XX que en el XXI, pues las realidades son diferentes, los problemas o las soluciones son distintas, las herramientas son otras y por ello los posibles resultados serán también otros.

En este siglo XXI sí se exploran caminos nuevos, pero no tanto en la apariencia de la obra como en su función, contexto y relación con la sociedad. El Arte ahora busca como siempre integrarse en modelos de expresión que sean entendibles por cada momento social, de sus gentes, de sus historias.

La verdadera “novedad” del siglo XXI puede estar en cómo el arte se integra en la vida, la ciencia y la tecnología, más que en la creación de un estilo visual rompedor como sucedía en el siglo XX.

La idea romántica del arte como innovación constante es muy moderna (siglo XIX-XX). Antes, durante siglos, el arte fue también repetición, variación y depuración de lo ya conocido (ej.: la pintura religiosa medieval, la escultura griega clásica, los frescos renacentistas).

Lo que se le pide al arte no es solo novedad, sino significado. Que aporte algo al espectador, que dialogue con su época, que transforme la percepción de lo cotidiano, que remueva ideas o emociones. O incluso simplemente que las mejores, las haga más legibles, más sencillas y a su vez complementadas con más ideas.

La creación “de lo nunca visto” es importante, pero igual lo es la reinterpretación con arreglo del paso del tiempo con sus cambios lógicos. 

Un bodegón del siglo XVII y una fotografía contemporánea de objetos de supermercado pueden no ser “novedad técnica”, pero sí ofrecen una mirada distinta sobre la realidad muy similar. Y además, sus actuales diferencias que nos parecen muchas, seguramente serán menores dentro de otros tres siglos cuando todo se contemple desde otros puntos de vista, imposibles de adivinar ahora.

Estamos en una época de “todo ya ha sido hecho”, y la novedad se vuelve más sutil: se innova en matices, en cruces disciplinares, en los significados más que en la forma.  Puede parecer que estamos en un tiempo de repetición, pastiche y mercado que compra y vende sobre seguro, con citas a lo retro, remezclas de los anterior, casi de homenajes a técnicas anteriores. 

Pero también es un tiempo en que el arte está más abierto que nunca a explorar territorios no estéticos, como la política, la tecnología, el clima, la memoria social. 

Es decir, quizá no vemos “ismos” artísticos nuevos como entre 1910 a 1960, pero sí hay una búsqueda de redefinir qué es arte y para qué sirve.

15.9.25

Retablo Mayor de la Catedral de Teruel


El retablo mayor de la Catedral de Teruel es obra del escultor francés Gabriel Joly, y dedicado a Nuestra Señora de Asunción, una obra muy hermosa realizada entre los años 1532 y 1536 en madera de pino. Gabriel Joly, escultor de origen francés afincado en Aragón y discípulo de Damián Forment, dedicó los últimos años de su vida a este encargo, falleciendo en Teruel en 1538, poco después de su finalización. El aprecio por su trabajo fue tal que el cabildo de la catedral decidió darle sepultura a la entrada del coro del templo.

Fue una obra que quedó sin policromar, nunca se pintó, lo que permite ver con todo lujo de detalle las escenas en la madera que se talló sin añadidos ni colores que distraigan, aunque es lógico suponer que hoy estarían perdidos.

La enorme obra hecha por el taller de Gabriel Joly no fue ya montada en la catedral de Teruel por él, sino que lo hizo el llamado Maestro Jerónimo. El retablo evidencia el conocimiento de los modelos del Renacimiento italiano. En una de las figuras de los apóstoles, Joly reproduce la cabeza del Padre Eterno que Miguel Ángel pintó en la Creación de Adán de la Capilla Sixtina.

En sus seis alturas y sus tres calles principales que legan a convertirse en 12 en la parte baja sin perder la idea de tres calles principales, se ven un alarde de escenas religiosas maravillosas, y tremendamente bien conservadas.

La escena principal es la Asunción de Nuestra Señora, titular del retablo y de la catedral, que ocupa la hornacina central. Rodeando la escena principal se encuentran relieves que narran misterios de la vida de Cristo y de la Virgen, como la Anunciación, la Adoración de los pastores, la Adoración de los Magos, la Resurrección y Pentecostés.

En el banco (parte inferior) se representan cuatro escenas de la Pasión de Cristo, mientras que el ático (remate superior) está coronado por un Calvario.

El retablo fue concebido como un retablo-custodia, con un espacio para exponer el Santísimo Sacramento. Esta característica es propia de las catedrales aragonesas, gracias a un privilegio otorgado por el Papa Luna (Benedicto XIII).

El óculo o hueco circular que hoy se ve sobre la escena principal de la Asunción no es un elemento original del retablo. En su lugar hubo un fondo escultórico con la Sagrada Familia que actualmente se conserva en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Museo del Prado y su azul S 7010-R90B


El Museo del Prado está cambiando el color de sus paredes sobre todo en las salas y pasillos centrales. El Museo del Prado ha comenzado a cambiar el color de las paredes de su Galería Central, el gran pasillo de entrada, del verde grisáceo que tenían, a un azul casi ultramar que se llama color S 7010-R90B, con el fin de realzar los colores intensos de obras maestras de pintores como Tiziano, Rubens, Veronés y Tintoretto.

Las paredes también influyen en la contemplación de las obras de Arte. Influyen en los tonos del cuadro y de los marcos, en el contraste final que observamos y en el ambiente que se crea.

El Color anterior era un Verde grisáceo, bastante neutro. Ahora se trata de resaltar el colorido de las obras maestras de la pintura veneciana y flamenca que se exponen en esta galería. La intervención se realiza en dos etapas, afectando a las salas 24, 25 y 26 en la primera fase, que se mantendrán cerradas hasta el 25 de septiembre. Se espera que el nuevo fondo azul realce los tonos rojos, naranjas y verdes de los lienzos, creando un efecto más potente y vibrante.

El éxito de este mismo azul en la reciente exposición «El Greco. Santo Domingo el Antiguo» y los buenos resultados en pruebas previas, inclinaron a los técnicos del Museo del Prado a la decisión de cambiar por este color.

Es una idea para salas particulares en donde tengamos alguna obra de arte. No la de cambiar a un azul como este, sino admitir que los colores de las paredes influyen. Y tengamos en cuenta que este color lo veremos de diferente manera al natural que a través de una pantalla, pues la calibración afecta.



Los Museos deben explorar nuevas posibilidades técnicas


Varias veces ya he comentado que los Museos de todo tipo deben moverse, recrearse, cambiar y actualizarse. No deben ser meros almacenes de historias o de obras de cualquier tipo según el museo, pues eso ya es viejuno y no atrapa a los visitantes nuevos y de nuevas generaciones. 

Hay que introducir elementos nuevos en el espacio de un museo, algo que es sencillo en los Museos de Arte Moderno o en los de Ciencias, pero más complicado en los Museos de Arte o de Historia.

Las tecnología juega a favor de intentar cambios que pueden ser interesantes. Esta imagen muestra una opción. 

Es falsa, pero nos sirve de ejemplo. Lograr impresiones digitales de alta calidad y con todo su detalle, de piezas que sean muy importantes, para mostrarlas como no es posible verlas así. Este es un camino que hay que explorar.

Vemos un detalle del hermoso techo de la catedral de la ciudad de Teruel, de aproximadamente unos 25 metro cuadrados. 

Se puede observar este techo relativamente cerca en las visitas, pero no tanto. Y con una iluminación escasa para conservar sus pinturas murales sobre madera. Hablamos de historia con siglos y de algo que no es de nosotros, sino de todas las generaciones futuras. 

Y en la misma sala se podría montar un espacio con modelos o maniquíes que vistieran ropas similares, en donde se explicara qué tipo de uso se daba a cada vestido, para complementar la visita al espacio.

Esto mismo sería posible con un personaje de Goya o de Velázquez, mostrando sus facciones, sus pinceladas, sus colores bien iluminados.

14.9.25

Pepito Costa, obra de Goya


Esta obra de Francisco de Goya nos muestra a un niño disfrazado de militar y sus juguetes, incluido aparentemente un fusil de salto, y que se llamaba Pepito Costa y Bonells (José de adulto, murió 60 años después de haber posado para esta obra), en donde vemos claramente la forma de trabajar de Goya. 

Pintaba una base sobre el lienzo de color rojo terroso y sobre ella iba pintando el resto de tonos, dejando la base a veces sin pintar para matizar los colores.

Lo podemos ver en el fondo gris, pero también en los márgenes del blanco espléndido del traje, super luminoso por esos contrastes con un blanco que se más o menos opaco para dejar traslucir el rojo tierra del fondo, consiguiendo unas transparencias fabulosas.

Este cuadro se encuentra en el Museo MET de New York.

El niño viste de militar a juego con el tambor, el caballo y el rifle y lo hizo en el año 1810 reflejando tal vez que incluso los niños tenían que ayudar en la defensa de la Guerra de la Independencia. Era un niño hijo del médico Rafael Costa de Quintana profesional personal al servicio del Rey Fernando VII. La obra tiene casi un metro de altura.

Retrato de dama de Roland de Mois


De este retrato de mujer que se encuentra en el MET de New York no sé mucho, pero me pareció su traje tan repujado que no pude por menos que traerlo aquí. El detalle del perro en sus brazos y de sus joyas también merecen un momento de atención.

Es una obra del retratista Roland de Mois, nacido en Bruselas pero pintor que desarrollo casi todo su trabajo en Zaragoza en donde murió. 

Pintor flamenco del siglo XVI que con 39 años fue llamado por el Duque de Villahermosa a su palacio de Pedrola para que trabajara a su servicio haciendo retratos familiares.

Se casó dos veces en Zaragoza en donde se asentó para crear obras en todos sus alrededores, siendo una de sus obras más conocidas el retablo  que hizo para el Monasterio de la Oliva en Carcastillo (Navarra), haciendo también el de Monasterio de Santa María la Real de Fitero.

En Zaragoza son muy reconocidas sus obras de un Nacimiento en La Seo, el retablo del Rosario en El Pilar y otro retablo para el Monasterio de las Comendadores del Santo Sepulcro en la plaza de San Nicolás.


13.9.25

Virgen del Pilar de México por Nicolás Enríquez


Esta pintura del artista mexicano Nicolás Enríquez y realizada en el año 1773, representa la aparición de la Virgen María a Santiago y sus seguidores a orillas del río Ebro, fuera de las murallas de la ciudad de Zaragoza, España.

Según la tradición, la Virgen, que apareció sobre una columna de piedra, fue transportada desde Jerusalén por ángeles para animar al santo en su evangelización de la provincia romana de Hispania, pues estaba desesperado por sus pobres resultados.

El santo está acompañado por siete discípulos, entre ellos un hombre cuyos rasgos pueden ser los del dueño de la pintura, el que la encargó, Juan Bautista Echeverría.

Reconocida como patrona de Aragón en 1678, la Virgen de El Pilar fue venerada en todo el mundo español.

En la Ciudad de México, la devoción está asociada con la iglesia del convento conocida como Enseñanza, donde se veneraba una réplica de marfil de la Virgen de Zaragoza.

Este cuadro de 42 centímetros de anchura, está hecha sobre un lienzo de cobre, pintado al óleo.

12.9.25

Maestro de Belmonte y un Demonio del siglo XV


Este San Miguel Arcángel del Maestro de Belmonte de Aragón se encuentra en The Metropolitan Museum of Art de New York. De finales del siglo XV es una obra religiosa en donde se combinan la imagen del demonio con el enviado de Dios, para formar un marcado contraste visual entre la fuerza y el esplendor de la Iglesia y la monstruosidad del mal derrotado.

Las seis o siete caras del Demonio es maravillosamente la clara muestra de que se nos intenta asustar con todo lo que no sea terminar viviendo en el cielo, que no sabemos si existe, pero als perspectivas contrarias nos las presentan como malísimas.

El Maestro de Belmonte se cree que era la misma persona que Martín de Soria, un artista documentado en la época, con un estilo de pintura gótico tardío.



Una obra de Arte en un restaurante


Este es un cuadro de restaurante, que junto a los hoteles son grandes consumidores de obras de Arte para decorar estancias y habitaciones. En algunos casos sin obra original, sino simplemente impresos.

La labor que ejercen las obras de Arte no son solo contar historias o servir de Gritos, sino muchas veces son obras para crear ambientes, para decorar, para llenar espacios. Lógico y también necesario. 

Este cuadro está en un pueblo de Huesca, en la sala central de un restaurante. Para muchos clientes es solo un detalle más, como si fuera un vaso o unas flores en un jarrón. Puede ser así, no hay que pedir mucho más. 

Pero lo ven más que si estuviera en una exposición, lo cual es un puntazo a su favor.

Juan Carlos Callejas y su obra El árbol de la vida


Esta es una gran obra del artista zaragozano Juan Carlos Callejas que tituló "El árbol de la vida" e hizo en el año 2011 sobre una tabla doble para la Capilla 1 del Cementerio de Zaragoza, sala que a veces se convierte en un espacio de despedida no religioso.





Una obra que puede parecer religiosa, que encaja perfectamente como una alegoría a la vida y a la multiplicación de sus ramas, de sus vástagos, y que por su gran tamaño no solo decora y llena la gran sala, sino dulcifica los momentos duros de las despedidas.

11.9.25

Aureliano de Beruete y su pintura de paisaje


Esta imagen es del pintor Aureliano de Beruete, mostrando la orillas del río Avia en Ribadavia en un cuadro al óleo de casi dos metros de anchura a finales del siglo XIX. 

El madrileño Aureliano de Beruete además de pintor, fue político y abogado, y un artista que solía crear sus obras al natural, pintando directamente al aire libre, paisajes muy luminosos, tanto urbanos como de zonas naturales de los alrededores de Castilla, Madrid o el norte de España.

Esta obra se pudo contemplar en la exposición del Palacio de Sástago de Zaragoza "La pintura española de los siglos XIX y XX en la Colección Gerstenmaier"

9.9.25

Francí Gomar y un retablo aragonés del siglo XV


Esta estructura en alabastro rosa, que se extiende a través de cinco partes en horizontal y en dos niveles en vertical, fue encargada por don Dalmau de Mur y Cervelló, arzobispo de Zaragoza de 1434 a 1458, para un altar en la capilla del palacio arzobispal. 

El nivel superior (destinado como base para soportar el retablo o retablo) contiene cinco escenas: San Martín o Tours dividiendo su capa con un mendigo, y Cristo apareciendo a él en un sueño (paneles izquierdos); el descenso del Espíritu Santo (panel central); y Santa Tecla escuchando la predicación de Pablo (panel del lado más a la derecha), y después de su conversión, siendo salvado por la intervención divina del fuego ardiente (segundo panel desde la derecha). 

Este retablo es el que veremos más abajo.

Cada uno de los dos paneles exteriores en la parte inferior izquierda (o pedestal) muestra una figura barbuda que lleva el escudo de armas del arzobispo. El escudo central del altar reconstruido, adornado contra una cruz, representa el Arma Christi (los instrumentos asociados con la Crucifixión).


La estructura está hecha de alabastro, una piedra suave pero compacta con un brillo translúcido. La facilidad para trabajar este material permitió al escultor, Francí Gomar, crear muchos detalles exquisitos. 

Solo quedan unos pocos rastros de la pintura original y el dorado, que cubría todo e conjunto. Según un contrato de 1458, el pintor Tomás Giner (activo en 1458-80) recibió el encargo de pintar y dorar paneles destinados a colocarse por encima de la predella. 

La inusual combinación de retablos pintados con una base de alabastro puede haber sido una medida necesaria para acelerar la finalización del conjunto antes de la muerte del arzobispo. Todo el conjunto se hizo en Zaragoza y mide algo más de 4,5 metros de anchura.



Techo mudejar de la parroquia de la Seo de Zaragoza


Una de las obras de arte mudejar de Zaragoza, que ningún visitante se debería perder, es el techo de la parroquia de la Seo de Zaragoza, al que se entra por una puerta pequeña junto a la entrada principal. La entrada es gratuita.

El techo de la Parroquieta de la Seo de Zaragoza es una armadura de madera de limas moamares (
conjunto de piezas de madera o hierro (armazón) que, debidamente ensambladas, sirven de soporte a la cubierta) de gran belleza. 

Es una de las obras más destacadas del arte mudéjar aragonés, con decoración de mozárabes, lazos de ocho y motivos geométricos, y presenta un escudo de Lope Fernández de Luna, arzobispo de Zaragoza, el patrocinador de la obra, para ser enterrado en este lugar. 

Patrocinó además en su arzobispado, la construcción del Convento del Santo Sepulcro de Zaragoza en la Plaza de San Nicolas en el siglo XIV. Pero volvamos al techo de la Capilla de San Miguel que es como también se conoce a la Parroquieta.

Armadura de madera:
La estructura del techo es una armadura de madera que combina una base cuadrada con unos cuadrantes en las esquinas que la convierten en octogonal. Está cubierta con una decoración de mocárabes y lazos de ocho, elementos característicos del estilo mudéjar, según detalla Aragón Mudéjar. La decoración se completa con una serie de rombos y otros motivos geométricos.

Escudo de Lope Fernández de Luna:
En la parte inferior de la armadura, se puede ver el escudo de Don Lope Fernández de Luna, el arzobispo que mandó construir la Parroquieta en el siglo XIV.

La Parroquieta es considerada una de las obras más importantes del estilo mudéjar en Aragón. El techo de la Parroquieta es una de las partes más relevantes de la capilla, y muestra la influencia de los alarifes sevillanos que trabajaron en la obra.


Muy posiblemente esta parroquia aunque se dice que es del siglo XIV, fuera una zona de origen islámico y del siglo XI o anterior, y que luego se transformó en iglesia cristiana, como todo el conjunto de la Seo de Zaragoza.

8.9.25

Athanor de Anselm Kiefer en el Louvre


No es fácil admitir que el museo más visitado del mundo, el Louvre, incorpore a artistas vivos con obra permanente en su museo, aunque de momento solo cinco han sido invitados a intervenir en la arquitectura museística del templo del arte antiguo.

El museo del Louvre ha creado lo que llama los “decorados perennes”, a los que ha invitado a cinco artistas para que crearan obras que van a permanecer en los lugares por ellos elegidos.

Son obras contemporáneas, más lógicas en un Museo como el Tate, pero que sirven para abrir la idea de que los Museos, todos, deben reconfigurar sus formas de pensar y de actuar.

La obra que vemos arriba no es nueva, se le invitó al artista alemán Anselm Kiefer para que instalara una ora que tituló "Athanor" montada en una escalera del Museo Louvre.

La obra representa un hombre desnudo (el autorretrato del artista) acostado en el suelo y colocado sobre la parte inferior del lienzo, y por encima de él se despliega una bóveda llena de materiales ásperos. Detrás de sus constelaciones, el cielo es aún más negro que la tierra mezclada con ocre y gris. 

El título de la obra toma el nombre que se da a los hornos de los alquimistas, en el que los hombres intentaron transformar el plomo en oro, al igual que los tres colores (negro, blanco y rojo) indicados por las inscripciones corresponden, a los tres colores de la alquimia: plomo, plata y oro.

Retablo con escenas de la Pasión del Maestro de Morata de Jiloca


Estas tablas, parte de un retablo atribuido al Maestro Morata parece ser de la segunda mitad del siglo XV, se encuentra en el MET de New York. Son seis tablas mayores y seis menores, todas ellas muy curiosas e interesante por el modo en que nos representan a los personajes, sus vestimentas, su ambiente.

Formando el lado izquierdo de un gran altar fijo hay escenas que representan los eventos que sucedieron antes de la crucifixión de Jesús.

De izquierda a derecha, son: la Agonía en el Jardín, la Traición, Cristo antes de Caifas, Cristo Coronado con Espinas, la Flagelación y Cristo antes de Pilato.

En los medallones de abajo están las cabezas de los apóstoles con pergaminos inscritos (en latín) con las frases iniciales del Credo de los Apóstoles, una declaración que resume la creencia cristiana.

Creo en Dios, el Padre todopoderoso, creador del cielo y la tierra. Y en Jesucristo, su único hijo, Nuestro Señor. Que fue concebido del Espíritu Santo, nacido de la Virgen María y del padre todopoderoso, de ahí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica y la comunión de] santos.

El lado derecho del altar habría continuado la historia de la Pasión, la que condujo a la Resurrección, con el resto de los apóstoles y del texto del Credo. Un tabernáculo para albergar el cáliz y el pan, utilizados en la Eucaristía, que podría haber separado las dos secciones del retablo, que tendría más de siete metros de anchura total.

El artista conocido como el Maestro de Morata de Jiloca es un pintor anónimo del siglo XV. Según investigaciones recientes (Fabián Mañas Ballestín), las obras atribuidas al Maestro de Morata podrían corresponder al taller de Pedro de Aranda, pintor activo en Calatayud entre 1464 y 1499, vinculado a otros retablos en la comarca y relacionado con artistas como Bartolomé de Verdeseca, Juan Cardiel y Juan de Bruecelle.

Aunque no existe consenso total, Pedro de Aranda es el candidato que cuenta con más argumentos documentales para ser este maestro, aunque la identidad no está completamente confirmada y sigue tratándose como una atribución probable.




La reina Felicia de Aragón y un libro


Esta obra de finales del siglo XI y hecha en Aragón es una suntuosa portada de un libro sagrado. Incorporando una variedad de materiales costosos y técnicas artísticas refinadas, representa el tipo de trabajo lujoso muy apreciado por la gente medieval de alto poder.

Muchos de los adornos de piedra, vidrio y esmalte que una vez embellecieron el marco se han perdido, pero la escena central de la Crucifixión sobrevive en su mayor parte intacta, comprendiendo figuras de marfil talladas individualmente contra un respaldo de plata dorada dominado por la cruz.

Jesús, la figura más grande y volumétrica, está flanqueado por su madre María y San Juan Evangelista. Además, dos figuras de luto anónimas se ciernen sobre la cruz, ocupando espacios típicamente designados para el sol y la luna o pares de ángeles.

Las inscripciones cortas martilladas desde la parte posterior de la superficie metálica proporcionan el nombre abreviado de Jesús de Nazaret en la parte superior de la cruz y, en la base, las palabras "Felicia Regina".

Hay que suponer que estos textos en la placa, nombra a la poseedora de esta obra, la reina Felicia de Aragón y Pamplona (Felicia de Roucy). La reina Felicia, esposa del rey Sancho Ramírez de Aragón, que reinó a finales del siglo XI, puede haber encargado o recibido como regalo el panel, junto con una pieza complementaria, regalando ambos al convento de Santa Cruz de la Serós.

El convento, ubicado cerca de Jaca, tenía estrechos vínculos con la familia real y acogía a muchas miembros femeninas de la familia en su comunidad de monjas. La reina Felicia de Aragón está enterrada en el panteón de los Reyes de San Juan de la Peña.

Esta obra se encuentra en el MeEC de New York.

7.9.25

Colores con sangre de nariz


Siena madera natural

Verde oliva cascada

Crema de pies ténues

Azul cobalto claro

Verde esmeralda lavada

Rojo sangre de nariz

Qué es ARTE y cuando algo es considerado ARTE?

Como estamos en tiempos de censuras directas o encubiertas, siempre hay personas (y más ahora) que se preguntan y lanzan incluso sus propias respuestas al aire sobre qué es (para ellos) el ARTE y qué debemos concebir como ARTE, intentando adoctrinar y acotar la actividad artística, sin darse cuenta que el arte es inmenso. 

El ARTE puede estar en el cielo, pero hay cielos que son una mierda y no nos dicen nada. No todo es arte, pero muchas cosas son arte y no sucede nada por admitirlo.

Sin duda alguna la obra censurada en ARCO es (hoy) ARTE, lo que tal vez nos puede llevar a pensar que hace una semana, antes de ser censurado, no fuera ARTE, sino algo más banal. Un trabajo que sin leerlo nos pasaría desapercibido. Y cualquier creación que pasa sin pena ni gloria, no es ARTE. Al menos ya hemos dicho… qué NO ES ARTE. Sigamos.

¿Qué es ARTE y cuando se es ARTE?

Una actividad o un producto que sea capaz de motivar, de provocar, de comunicar, de resultar estético, bello o agradable, de incluso ser horroroso y que se salga de lo lógico, puede y debe ser ARTE.

Y como todo en la vida, hay ARTE bueno o ARTE malo, hay arte agradable y arte muy desagradable

¿Quien dijo que el arte (todo el arte) tiene que ser válido, algo a tener en cuenta?

Para hacer arte podemos emplear nuestras manos, nuestras ideas, nuestra formación o incluso nuestra mala hostia o nuestra particular forma de ver la sociedad. 

El arte es parte de nuestra cultura y por eso va cambiando, se transforma, tiene el valor de la intemporalidad, y por eso es posible que dentro de unas décadas o siglos, el arte actual sea considerado una mierda, o incluso que sea considerado otra mierda el arte religioso y repetitivo de la Edad Media. No lo sabemos. 

No tenemos ni idea qué pensarán de nosotros o de los renacentistas o egipcios en el siglo XXX. Si es que queda algo de todo lo que hemos ido creando nosotros.

Transmitimos ideas con el ARTE, pero también malas babas, quejas, críticas o simplemente decoraciones

Los que critican al ARTE lo adoran mucho más que los que nos dedicamos a crearlo. Para muchos de nosotros el ARTE es parte de nuestra forma de ver. Simplemente eso. 

Sea escribiendo, creando música, pintando o dibujando, creando obras teatrales o de ballet o simplemente provocando

Ojo, cuidadín, que provocar a muchos no es fácil. Provocar a una persona sí, provocar a miles de personas es todo un ARTE.

Durante muchos años el ARTE se empleaba para crear fieles, para casi obligar a leer a los que no sabían leer. Para meter miedo con los demonios

Y hoy nadie duda de que aquellas obras son arte. 

Como es arte lo que los prehistóricos dejaron escrito en las paredes de las cuevas empleando sus dedos. No se nos tiene que romper la crisma por pensar que eso es arte, como lo es construir platos de tortilla deconstruida. 

El ARTE también se puede comer.

Pero lo más curioso es que si tú, como espectador o como ciudadano, no quieres que eso sea ARTE tampoco pasa nada

El ARTE lo es por ti, para ti. 

Eres tú quien lo construye con tu mirada. No es obligatorio leer una novela o ver un cuadro. Tampoco es que lo consideres ARTE. Yo no te obligo. Así que al menos, no me obligues a mi a NO considerar ARTE lo que me da la real gana que sea ARTE. 

Si yo considero ARTE algo que tú no consideras arte, no sucede nada. El ARTE puede ser ambivalente, incluso debe ser las dos cosas a la vez. SÍ o NO.

Si como persona haces cualquier actividad con ganas de que trascienda, eso es ARTE.

Si te estás “expresionando”, y lo haces bien y con ganas de hacerlo mejor todavía, y logras impresionar o provocar, hacer dudar o sonreír, realmente estás haciendo ARTE

Pero no te preocupes, eso no quiere decir que vayas a pasar a la historia.

Todos hacemos arte, la inmensa mayoría ni nos damos cuenta. 

Pero no todos somos capaces de recortarlo, mostrarlo a los demás y provocar con ello “algo”. Muchas veces el ARTE es simplemente encuadrar, parar el momento, elegir el punto de vista, entregar limpio de polvo y suciedad algo muy elemental y que separado de su hábitat común se convierte en “otra cosa”. 

Incluso es ARTE simplificar tanto, tanto…, que hemos convertido un árbol en dos manchas cuadradas, una negra y otra roja. 

Simplificar también es ARTE.

Qué es el Op Art o Arte Óptico? Geometría en movimiento

El Op Art o Arte en Movimiento Visual o el Arte Óptico es una parte del arte abstracto contemporáneo que busca jugar con las ilusiones de nuestra vista, engañando al cerebro con lo que creemos ver. 

El espectador debe moverse a un lado o a otro, para ver esa sensación de movimiento, de cambio de colores, de vida de la obra que se transforma, según tú mismo te vas desplazando.

El Op Art nace con la exposición “The responsive eye” que el Museo MoMA de New York organizó en 1965. Allí se etiquetó por primera vez una tendencia artística que se había creado unos años antes y de la que uno de los principales ejemplos fue la muestra colectiva organizada por la galería Denise René bajo el título “Le mouvement”.

Algunas de las obras de Duchamp, Yaacov Agam, Calder, Vasarely, Víctor Vasarely, Eusebio Sempere, Jesús Rafael Soto, Abel Ventoso o Robert Jacobsen formaban parte de un nuevo estilo definido dentro de la abstracción geométrica: el Arte Cinético, intentando mostrar el movimiento en sus piezas, de una forma fácilmente perceptibles.

El Op Art busca en el espectador una clase de movimiento visual nuevo, distinto al de la escultura. El generado por la propia mirada del espectador a través de un juego de ópticas o patrones de repetición. 

La geometría, las líneas y el color son fundamentales en estas nuevas obras, donde un simple efecto de contraste puede producir sensación de profundidad o de superposición de planos con volumen.

Simetrías, asimetrías, minimalismo, formas puras, cambios de colores, composiciones pensadas para engañar y confundir a los sentidos del espectador y sorprenderlo, basándose en los siguientes aspectos creativos.

Yuxtaposición de colores junto a zonas grises, blancas o negras.

Crear juntos espacios de color o de luz positivos y negativos.

Crear líneas rectas o curvas, paralelas o divergentes, que ayuden a crear movimientos

Crear tensiones ópticas entre elementos muy simples y a veces repetitivos

Mucho contraste con pocos colores.

Repetición de formas y colores, creando patrones que se repiten, cambiando tamaños o posiciones de las formas.

Uso de líneas y formas simples, geométricas y fáciles de comprender si estuvieran separadas del conjunto.


¿Qué música les gusta a los perros?

¿Y si los perros pudieran escuchar música, elegida por ellos…, cuál preferirían? 

Nunca lo sabremos, creo, pero es una curiosidad que nos podríamos inventar. 

¿Algo de percusión? ¿Música suave y romántica? ¿Mucho ruido con algunos silencios? 

Yo creo que algo parecido a la Novena de Dvorak, pero vete a saber.

El Jardín de las Delicias en pequeñas secciones


La obra de El Bosco (Jheronimus Bosch): "El Jardín de las Delicias" podría dar para varios libros, añadidos a los muchos que hay. Casi cuatro metros de cuadros pintados al óleo sobre tabla en un tríptico maravilloso que desde el año 1500 nos sorprende a todos.

Voy a poner algunos detalles de la obra, en esta y en sucesivas entradas, mostrando escenas, que hay muchas, y retocándolas para que no les estorbe dentro de lo posible partes de otras escenas cercanas.

Quiero simplemente mostrar como El Jardín de las Delicias no es en realidad un cuadro, sino decenas de ellos pintados todos a la vez, con más de un centenar de personajes humanos y otros tantos animales rarísimos en muchas ocasiones.

Un tremendo ejercicio al que podríamos señalar como el inicio del surrealismo varios siglos adelantado a su tiempo.



Ermita de Santa Águeda en Villar del Salz


No todas las obras de arte interesantes son de una belleza indudable. Esta sección de un retablo gótico del altar de la ermita de Santa Águeda en Villar del Salz en Teruel y recientemente restaurada, es un ejemplo reciente de casualidad y de restauración para salvarla.

Un retablo medieval del que vemos solo una parte, lleno de polvo, repintado muy mal hasta tres veces con pintura plástica, para presuntamente quitarle los descorchones, y convertido en nada.

Fue descubierto por casualidad en una visita que le hicieron para ver la localidad, por el escritor turolense Javier Sierra, quien observó algo que creía con un valor muy diferente al que se observaba a primera vista. 

Se desmontó todo el retablo tras ser analizado por expertos, y se llevó a la Escuela de Restauración de Albarracín, y allí se ha salvado.

Si en un momento logro la imagen del retablo completo, restaurado y montado en su lugar de origen que se hará en las próximas semanas, intentaré traerla aquí, para ver los cambios.

6.9.25

Motivos vegetales en capiteles de la catedral de Zaragoza


El uso de motivos florales en las decoraciones religiosas, algo tan bien asumido en la Sagrada Familia de Barcelona, donde al entrar no hay duda, estás entro de un gran bosque de columnas y palmeras, era una constante en los siglos anteriores.

Los grandes capiteles de columnas han tenido muchos ejemplos de utilización de motivos florales, arbustos, hierbas medicinales, y en Zaragoza tenemos el ejemplo de La Seo de San Salvador.

En sus columnas como vemos aquí, pero sobre todo en su colección de tapices que son un auténtico catálogo de plantas de todo tipo, muy bien repartidas por todos ellos. 

Se han escrito varios libros sobre esta peculiaridad plasmada en los tapices que se conservan en el Museo de Tapices de Zaragoza, dentro de la Seo de El Salvador.

Son recomendables los libros: Flora y vegetación en los tapices de La Seo, y Los tapices de la Seo de Zaragoza, ambos de los años 80 y publicados por la CAI (Caja de Ahorros de la Inmaculada)

Sepulcro zaragozano del siglo XIV en la Seo de Zaragoza


La Catedral de La Seo de Zaragoza (ya, sí, dos veces catedral) es una maravilla no siempre bien conocida. En su exterior, junto a la puerta de entrada está la parroquia, de entrada gratuita y dentro de ella un sepulcro maravilloso.

El sepulcro presenta una estatua yacente de Don Lope Fernández de Luna en la cubierta que es quien está dentro del sepulcro en alabastro, y una serie de “plorantes” o llorones encapuchados, bajo arcos claustrales en los tres lados visibles del sarcófago, y una representación de la ceremonia fúnebre del entierro en el fondo del nicho.

Todo el conjunto estuvo dorado y policromado y ahora solo quedan restos, con los fondos de las arquitecturas cubiertos de pasta vítrea de color azul, como en los sepulcros reales del Monasterio de Poblet.

Su autor fue el imaginero y orfebre y escultor barcelonés Pedro (Pere) Moragues, de quien se conoce documentalmente que durante los años de su estancia en Zaragoza trabajando en el sepulcro (1376-1379) recibió la cantidad de doscientos florines de oro de Aragón cada año, sin contar en el precio el gasto de material ni su alojamiento.

Por cierto en la misma parroquieta hay una techumbre mudejar maravillosa, de la que hablaré otro día, digna de ser visitada y admirada.

No todos los colores son los mismos para todos


Lo que nos rodea es de colores, el entorno, el paisaje, nuestra habitación, la ropa es de colores. Pero no siempre vemos todos los colores en su riqueza de matices, y curiosamente, no todas las personas percibimos igual los colores.

Y no hablo de daltonismo, sino de pequeñas diferencias que si son desde siempre o sobrevenidas poco a poco, no detectamos bien. No se trata de confundir los colores como sucede en los ojos de un daltónico, sino de ver ligeramente más vivo, más amarillo, menos rojo con ligeros cambios con respecto a otras personas.


Esos pequeños matices para un artista son importantes, pues hacen que cambien los contrastes para los espectadores. Un pintor que su visión es algo más plana que los demás, necesitará contrastar más los tonos para que él los vea en la posición que desea, y eso confiera en el espectador una obra mucho más viva de color y de contrastes que las obras de otros pintores.

Aquí vemos tres colores casi elegidos al azar. No todos verán los mismos colores. El naranja puede ser un ocre o un marrón siena.

El color de en medio para unos será un verde y para otros un azul. Y el otro puede ser un azul, un morado o un violeta. 

¿En qué momento un naranja se nos convierte en marrón, un azul cían en verde o un azul ultramar en morado?


La diferencia entre las tres imágenes no es de color ni de matiz de color, que sí, lo es. Pero sobre todo es de saturación, de dar al color más viveza o menos saturación. Sigue siendo el mismo color dentro de su gama, pero al moverle la saturación se nos puede mover su percepción. No a todos los espectadores, pero sí a algunos.

¿Has mirado si percibes los colores exactamente igual con ojo que con el otro ojo, tapando alternativamente uno y otro? Observando la televisión es más fácil que esto suceda por la forma en que se nos transmite la luz desde el aparato.

5.9.25

Sancho Panza y su relación con Aragón


Hoy os traigo una escultura muy curiosa obra de Carlos Pérez de Albéniz realizada en el año 1989. En ella vemos a Sancho Panza reflexionando sobre su Ínsula Barataria.

Esta imagen es de cuando estaba en su primitivo emplazamiento junto a la orilla del Ebro en la localidad de Alcalá de Ebro. Ahora está unos metros distanciado, pocos, pues las avenidas del río hacían peligrar su presencia tan cerca de sus pensamientos hacia el Ebro.

Cuentan los estudiosos de su obra El Quijote, que Miguel de Cervantes situó la ínsula Barataria en esta población aragonesa y es por ello que tiene sentido la representación en este lugar de un meditabundo Sancho pensando, quizá, en la "ínsula" prometida por su amo. En ella había una plaza que decía: "Hoy día a tantos de tal mes y de tal año, tomó la posesión desta ínsula el señor Don Sancho Panza, que muchos años la goce". Cervantes

En la localidad de alcalé de Ebro nos encontraríamos con los dominios de Sancho Panza; la Ínsula Barataria, una isla natural creada por las constantes crecidas del río Ebro. 

Cervantes pudo ver esta peculiaridad del terreno, tras estar de visita por esta zona en Pedrola, en donde se hospedó Cervantes durante un viaje que realizó acompañando a Monseñor Aquaviva en 1562, y que serviría de inspiración para la definición y localización de las tierras que se entregaron a su icónico personaje, una isla denominada “Barataria” por lo barato que resultó el trato.

3.9.25

Todos los perros; de Jorge Ochagavía


Que un artista callejero, un Artista Urbano dedique una de sus obras a "Todos los perros de la calle" es toda una señal de intenciones. 

La calle de las ciudades es también de los perros, y quien ha tenido perro lo sabe bien. 

Dedicarles unos brochazos de Arte es todo un detalle.

Es una obra de Jorge Ochagavía, artista riojano y creador de personajes televisivos de mentira con mucha verdad.

Esta imagen es de Logroño, ciudad de Art Street y del buen comer, de calles para pasear y de miradas frente al Ebro. 

Todo junto hace casi milagros, que alguien se acuerde de los perros que pasean por sus calles.