Que ayer en los Premio Goya 2018 los dos más importantes se los llevara una película con el título de “La Librería” de Isabel Coixet, es toda una declaración de intenciones. Una mujer gana a los hombres y La Librería vuelve a ser una palabra nombrada. Existen las librerías. Existen las esperanzas.
No puedo hablar de la película, no la he visto, tengo que verla casi con urgencia. Pero que alguien, una mujer, se atreva a realizar una película con tamaño título es de Premio. ¿Existen las librerías? Pues como locales autónomos y alejados del mismo edificios donde venden pescado y calzoncillos, ya pocas. Es complicado sobrevivir con una librería.
Se venden libros, eso si. Se lee poco. O se lee mucho pero por pocas personas. Se escribe mucho más de lo que se lee. Pero las librerías son almacenes de sueños metidos entre las hojas, que no queremos usar. Ahora soñamos siempre con lo mismo, con lo fácil, con lo masticado. Igual cambiamos.