Lecturas para acostumbrarnos a leer.
No todas limpias de polvo y paja, pero lecturas al fin, que lograban que los libros se vieran como algo normal, una herramienta de vida.
Han pasado 66 años, tantos que estos textos nos parecen prehistóricos. Pero en el camino no hemos sido capaces de lograr que se siga leyendo.
Mirar titulares no es leer.