La artista Susana Vacas interviene en el rincón de CUBIT de Zaragoza, el Córner MIZ, con un bosque de figuras gamelán. Nacemos chiquitos, y aunque nos movemos enseguida, vivimos rodeados de paredes, de techos, detenidos, imposibles de fugarnos. Así que convertirnos en un acetato recortado era sencillo para Susana Vacas, simplemente había que mirar hacia dentro y buscarnos.
Somos como marionetas que flotamos en el aire, sobre nubes sin forma ni color, como títeres movidos por no sabemos bien qué energía.
Somos pequeños, somos objetos y somos juegos.
Somos pequeños, somos objetos y somos juegos.
Como pequeños granos de arena de un mar que no somos capaces de ver nunca. Debe ser tan inmenso que no lo adivinamos. Pero nos contiene. Pero sin los granitos de arena, el agua no se contendría y se saldría de su espacio. La arena es necesaria, aunque seamos la suma de pequeños granitos diminutos.