3.12.23

Carta Cerrada a J. D. Salinger


Apreciado J. D. Salinger

Escribirte es de una osadía extrema, no quiero molestarte en tu retiro temporal, pues sé, que donde estés, que me da igual el lugar, aunque te gusta mucho permanecer semi escondido, no será por tiempo eterno.

Me gusta tu forma de esconderte, de haber estado tantos años retirado con los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor, que como bien decías tú mismo, constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida a una persona.

Eras judío de los EEUU, y fuiste militar. Mezcla suficiente para entender mejor que nadie este siglo XXI que viste comenzar con crisis. No te preocupes, no solo no hemos salido de una crisis que tu viviste ligeramente, sino que ya llevamos cuatro si sumamos a la de 2008 la del Covid 2019 y luego la de la Guerra con Ucrania de 2022 y sin acabar esta la de Gaza en 2023.

No nos estamos aburriendo nada de nada. Somos así de curiosamente animales que nos decimos racionales para disimular. Y es que nos faltan líderes emocionales que sepan dirigir los aires de la vida, de los momentos, de los tiempos, que sepan dirigir sin dirigir, formar sin formar, explicar sin casi explicar.

No hiciste bien escondiendo tu facilidad para llegar a los jóvenes de tu generación, y deberías haber continuado explicando ideas y caminos, senderos y cinismos. Pero no quisiste y lo poco que escribiste me indica que ha sido una pena no disponer de más luces que alumbraran caminos nuevos.

Nos faltan en estos tiempos y más todavía que en los tuyos, mentes lúcidas y capaces de abrirnos las ideas, de darnos luz en vez de oscuridad, de intentar trabajar por la comprensión, por el humanismo, por los deseos de trascender dejando guías por los caminos. Pero no sirve de nada quejarse. Tenemos lo que nos merecemos.

Un cordial saludo, y sigue descansando escondido, pues muchas veces sabemos bien que no merece la ocasión dedicarle mucho tiempo a los problemas de los demás.

Que seas Feliz.

Ajovín