2.1.24

Basura que no es Arte Urbano


En el tejido urbano, en ese urbanismo de todos en donde convergen el bullicio de la vida cotidiana y la expresión artística, existe una huella silenciosa que a menudo pasa desapercibida: la basura que dejamos pegada en las paredes. 

Más allá de que algunos lo consideren una forma de expresión, que lo es, este fenómeno revela una faceta menos visible de nuestra interacción con el entorno urbano.

Las calles, plazas y callejones se han convertido en lienzos improvisados donde dejamos nuestra marca en forma de adhesivos, pegatinas y afiches. Lo que podría empezar como una expresión creativa o una forma de comunicación no verbal, a menudo se convierte en un problema estético y ambiental.

Estas pequeñas piezas de basura urbana, aparentemente inofensivas, contribuyen a la contaminación visual de nuestras ciudades. Los adhesivos, inicialmente coloridos y vibrantes, se desvanecen con el tiempo, convirtiéndose en una amalgama de residuos que altera el paisaje urbano.

¿Con qué sentido excepto el de querer trascender de una forma torpe?

Además de su impacto estético, la basura pegada en las paredes también plantea interrogantes sobre el respeto hacia el espacio público. 

¿En qué medida estamos dispuestos a preservar la belleza de nuestros entornos urbanos? 

¿Cómo podemos equilibrar la libertad de expresión con la responsabilidad de mantener nuestras ciudades limpias?

A medida que exploramos las dinámicas de la basura urbana en las paredes, surge la necesidad de fomentar la conciencia ciudadana y la adopción de prácticas más sostenibles. Pero nos rendimos muy pronto, sin explorar otras opciones que les resulten atractivas.

Educación en general pero también en Arte, organizar arte urbano bien planificado por los barrios, y campañas de limpieza comunitaria entre adultos y jóvenes juntos, pueden ser herramientas efectivas para transformar la basura en un lienzo positivo y para recordarnos a todos que, en última instancia, nuestras acciones impactan en el hogar colectivo que compartimos: nuestra ciudad, nuestro ambiente.